Crítica: Top Gun Maverick vuela mejor, más alto, más rápido - QiiBO QiiBO

Crítica: Top Gun Maverick vuela mejor, más alto, más rápido

En un momento dado de la excelente Top Gun: Maverick, un personaje le aconseja al Capitán Pete Mitchell “dejar de agarrarse al pasado”. “No se como” contesta Mitchell, y no pude evitar pensar que eso le aplica tanto al personaje como al actor, Tom Cruise (59 añitos), probablemente la última gran estrella de cine que nos queda, ciertamente la última de una época de gloria que probablemente no se repetirá. La realidad es que luego de una pandemia, la era digital, nuevo tipo de audiencia y la manera que ahora consumimos contenido, eventualmente se cumplirá la predicción de otro personaje a Mitchell: “tu especie se extinguirá”. “Quizás”, sonríe Maverick. “Pero no será hoy”.

No, no será hoy.

Definitivamente no será esta semana cuando miles tendrán la oportunidad de ver un “blockbuster” a la vieja escuela. Al igual que su Maverick, Cruise continúa agarrado de las formas antiguas de hacer las cosas, grabando películas con los menos efectos especiales computadorizados posibles, filmando secuencias de acción en localidades, con actores o dobles presentes en el plató, usando pilotos representando las emocionantes batallas aéreas, dándonos así uno de los mejores tercer actos en buen tiempo.

Top Gun: Maverick se une a la corta lista de secuelas superando la original. Absolutamente todo es mejor en esta continuación del clásico filme de 1986, aunque una gran razón es lo bien representado que está el espíritu del fallecido director Tony Scott a través de la producción, con Joseph Kosinski (Tron: Legacy) dándole chispas de su propio estilo, creando una perfecta combinación de nostalgia y modernidad, con una banda sonora de Lorne Balfe añadiendo a las emociones del momento, y una espectacular cinematografía de Claudio Miranda capturando la potente acción en los aires.

Treinta y seis años después de Top Gun, Pete “Maverick Mitchell sigue siendo capitán, habiendo evitado promociones que lo bajarían del aire. Cuando el proyecto en el que está trabajando, probando un nuevo tipo de avión, es cancelado para darle el presupuesto a un programa de máquinas auto piloteadas, Mitchell enfrenta la actitud de un sistema que lo ve como objeto del pasado. Más de tres décadas han pasado pero, el ejército que ama todavía no responde su amor, especialmente porque su propio talante tampoco ha cambiado mucho. Mientras en Top Gun luchaba contra la autoridad para demostrar ser mejor que el oscuro legado de su padre, ahora lucha por mantenerse relevante, una batalla destinada a perder. Aunque se irá luchando hasta lo último.

Pero su viejo compañero de vuelo, ahora amigo, Tom “Iceman” Kazansky (Val Kilmer) ha sido su protector, consiguiéndole un puesto en la escuela Top Gun para preparar nuevos reclutas a una misión tan absurda e improbable, solamente alguien como Maverick puede prepararlos. Eso ante la renuencia del Almirante Beau “Cyclone” Coleman (John Hamm), desaprobando del estilo de Maverick. El otro problema es que uno de los candidatos es el teniente Bradley “Rooster” Bradshaw (Miles Teller), hijo de “Goose” Bradshaw, quien murió durante una misión en el primer filme, tragedia todavía atormentando a Maverick.

Entre los muchos aciertos del guion escrito por Peter Craig y Justin Mark (con aportación de Chris McQuarrie, constante colaborador de Cruise y director de las últimas tres Mission: Impossible), Top Gun: Maverick utiliza la nostalgia como empuje hacia adelante en lugar de quedarse mirando al pasado. Las referencias a Top Gun ocurren para razones específicas ayudando mover la trama, en vez de simplemente provocar reacciones del público. Adicional a eso, tenemos personajes mejor delineados, una historia con sentido, y objetivos más claros, sin olvidar la subtrama entre Maverick y su reencuentro con un viejo amor, Penny Benjamin (una maravillosa Jennifer Connelly).

En un mundo nuevo de películas estrenando en servicios de transmisión digital, Tom Cruise peleó para mantener Top Gun: Maverick estrenando en cines, defendiendo la experiencia cinemática de un filme que definitivamente debe verse en pantalla gigante con el mejor sonido posible, dejando que la vibración de motores rompiendo la barrera del sonido retumben tu pecho, magnificas secuencias aéreas maravillen tus ojos y una buena “popcorn movie” te transporte a esos buenos días de antes. Quizás eventualmente perderemos la pelea pero, por ahora nos iremos luchando hasta lo último. ¡INMENSAMENTE RECOMENDADA!

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