Luego de un año hemos vuelto para ver que está pasando en la vida de nuestro nuevo Presidente, Francis Underwood, y empezamos en el cementerio. Al igual que en el primer capítulo de la primera temporada, no pasan tres minutos y ya Frank está haciendo de las suyas al orinar en la lápida de la tumba de su padre. Estos sureños y sus costumbres extrañas.
Esta temporada vemos finalmente a los Underwood en problemas reales. Ya no tienen prácticamente aliados y su influencia ha sido más que cuestionada. Cuando regresamos a la Casa Blanca nos encontramos con varias cosas:
1. Frank no tiene ni la más mínima idea de lo que está haciendo- Esto es algo de lo que había hablado anteriormente, Frank nunca tuvo más motivaciones para ser presidente que una vendetta personal contra Walker y ganas de poder. Al final del día, no tiene ni la más mínima idea de cómo gobernar, ni tampoco cuenta con un plan concreto que haga sentido. Rápidamente nos dejan saber que sus approval ratings están más bajos que los de Agapito post-IVA y que su bebé “AmWorks”, un programa que crea empleos, pero elimina todos los beneficios para las personas mayores, será la cruz en su tumba.
2. Claire se tiene algo GRANDE entre manos- Claire nunca ha sido una santa, aunque es uno de mis personajes femeninos favoritos EVER, pero esta temporada está más fría que nunca. Tanto así que le dice a Frank de frente que puede que pierda las elecciones y ella quiere estar lista por si eso sucede. ¿Su plan? (de momento) es ser la Embajadora de Estados Unidos frente a las Naciones Unidas para adquirir experiencia política en caso de que tenga que ella correr para presidenta. En la casa Underwood todo el mundo quiere ganar las elecciones de una forma u otra al final del día. La FLOTUS no le interesa ser filantropa, visitar escuelas y escoger huevos para primavera. Ella está capacitada y cansada de estar en el asiento del pasajero. Otra cosa, duerme ahora en una habitación diferente a la de Frank por un catarro (ok???)… a media temporada no ha vuelto al cuarto. ¡Ese catarro es la changa!
3. ¡Stamper está vivo!- El tipo más creepy y weird sobrevivió el golpe en la cabeza que le dio Rachael, pero no ha podido volver a hacer su trabajo ahora que Frank no tiene un espacio para él y está de manitas calientes con Remy Denton y Seth. La recuperación de Doug es el eje de una gran parte del primer episodio, luego vemos que su devoción por los Underwood no ha cambiado y busca “atar cabos sueltos”. Rachel, eres un cabo y andas suelta como gabete. Por más que Doug trata de regresar a trabajar siempre le ponen un traspié y finalmente hasta le ofrecen un trabajo con otro senador que suena demasiado bueno para ser verdad.
En otros temas, relacionados a la inacción de Francis, la mayoría de su partido decide que no quieren que el corra para elecciones (y escogen a la prosecutor que hizo que Walker saliera e oficina), mientras un exabrupto (muy poco característico de Claire) hace que pierda la nominación para Embajadora. Los Underwood están entre la espada y la pared, pero siempre con un plan. Es aquí donde por primera ve desde aquel threesome, vemos la dinámica sexual entre Claire y Frank que resulta ser tan fría, pragmática y calculada como su relación. Hay amor entre ellos, pero es la cosa más extraña del mundo.
Ah, y también entra Russia en el ajo. Francis quiere lograr “paz” en el Medio Oriente, pero se encuentra con un formidable Presidente Petrov (Putin) que lo pone en todo momento a perder.
Este resumen sería interminable porque ya voy por media temporada y me dicen mis amigos que hay tal cosa como vida fuera de mi sala. Who knew?
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Fanática del cine, fashion y Real Madrid. Amiga de merengues y 2 o 3 culés que se han colado. Se ríe bien duro, ha ganado múltiples galardones en Rock Band, odia hablar de ella en tercera persona y hacer biografías.
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