Es difícil poner a Tim Burton y la palabra normal en la misma oración, y más aún si no incluye “protagonizada por Johnny Depp”. A pesar de mi asombro, Big Eyes es un giro de 180º de lo que el director nos ha tenido acostumbrado en la última década.
Big Eyes está basada en hechos verídicos de la vida de Margaret Keane, quien fue la autora de las pinturas de ojos gigantes que lógicamente son las favoritas de Burton. Margaret, una mujer divorciada a principio de los 60 (gasp!), se casa con Walter Keane quien ve el potencial de las pinturas y decide empezar a venderlas, pero bajo su nombre. Muy listo el caballero, envuelve a la inocente Margaret con el cuento de que a las mujeres no les compran el arte que producen. Claramente, todo está bien para Walter, pero no para Margaret quien siente que le están robando su ser.
Big Eyes no es una película particularmente fuerte en términos de libreto y no tiene la estética conocida ya de Burton. Aquí la cinematografía es mucho más brillante de la que hemos visto en sus últimos proyectos. La fotografía es muy bonita. Pero solo hay un momento en que se ve la firma de Burton en los ojos gigantes de personas cuando acosan a Margaret en un viaje al supermercado. Pero no hay mucho más que te diga en términos estéticos que esta es una película del mismo director de Beetlejuice.
Big Eyes tiene a una Amy Adams que tiene el tono de la princesa de Enchanted y apenas sube la voz. Está siempre perdida y es tan inocente que parece una de las niñas en sus obras. Por otro lado está Christoph Waltz haciendo ese papel de hombre encantador, pero siniestro que tan bien le queda. Es extraño que Burton no haya ido directo a lo conocido dejando fuera a su ex, Helena Bonham Carter y al eterno protagonista —musa de sus películas—, Johnny Depp. Adams, Waltz y el elenco de reparto son bastante “animados” y tienen ese estilo medio caricaturesco que tanto le gusta a Burton.
Big Eyes es una película que nos recuerda que Burton puede desarrollar películas más centradas en historias que excentricidades, para mí, un cambio en su cinematografía que aunque no particularmente sobresaliente, tampoco es horrible. Es bien… normal.
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Fanática del cine, fashion y Real Madrid. Amiga de merengues y 2 o 3 culés que se han colado. Se ríe bien duro, ha ganado múltiples galardones en Rock Band, odia hablar de ella en tercera persona y hacer biografías.
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