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Crítica: The Creator es un banquete cyberpunk

Luego de años dominados por superhéroes, secuelas y reboots, la naturaleza está sanando, dándonos nuevos proyectos originales en pantalla grande. Uno de estos es The Creator, la nueva película de Gareth Edwards, mejor conocido por dirigir Rogue One: A Star Wars Story. Sin embargo, es la sensibilidad que demostró en Godzilla 2014 manifestándose mayormente en esta producción, si acaso también fallando en los mismos aspectos.

The Creator es un banquete visual perfecto para envolver los sentidos en pantalla grande, con una dinámica edición manteniendo la acción siempre en movimiento; Edwards no desperdicia segundo alguno, constantemente empujando hacia adelante, solamente deteniéndose para dejarnos saber lo que ocurre, sin nunca sentirse pesado. Por otro lado, la trama resulta ser lo más débil, con un caótico tercer acto y una resolución que no consigue el impacto que piensa.

En un mundo alterno al nuestro, la inteligencia artificial y la robótica llegaron mucho antes a nuestras vidas, convirtiéndose en parte integral de la existencia humana. La tecnología evoluciona al punto de proeducir los “Simulantes”, como le llaman a androides con apariencia casi completamente humana, que se convierten en trabajadores de toda labor peligrosa o pesada para los humanos, quienes tratan estos entes con deprecio y abuso. Esto hasta que una de las maquinas decide explotar una bomba nuclear en Los Ángeles, provocando que el remanente de los Estados Unidos prohíba la vida sintética.

Pero el resto del mundo, especialmente la republica llamada “Nueva Asia”, continua permitiendo su existencia, recibiendo refugiados escapando del genocidio cibernético.

Contrario a otros conceptos post-apocalípticos, la guerra viene mayormente del punto humano, pues los Simulantes solo quieren vivir en paz, a pesar del terrible ataque en California. John David Washington interpreta a Joshua, un agente encubierto como simpatizante de los Simulantes, viviendo en Nueva Asia junto a su esposa embarazada Maya (Gemma Chan). La misión de Joshua es encontrar “El Creador”, un ingeniero de inteligencia artificial que allegadamente construyó un arma capaz de terminar la guerra, con victoria para los Simulantes.

Pero cuando un ataque estadounidense provoca la muerte de su esposa, Joshua básicamente renuncia a todo, hasta que la Coronel Howell (Allison Janey en modo bestia, a lo Ellen Ripley) revela que Maya podría estar viva. Joshua regresa a Nueva Asia, descubriendo que la famosa arma es realmente Alphie (Madeline Yuna Voyles), una simulante con habilidades como nunca antes vistas. Ahora Joshua tendrá que decidir entre que lado realmente apoyar, mientras protege a Alphie.

El mayor problema que tiene The Creator es que el género de ciencia ficción cyberpunk nos ha dado grandes historias con inmensos conflictos morales y reflexión sobre la naturaleza humana y su posición en el mundo. Algunos de estos son obvia influencias en este filme; desde Akira, Blade Runner, hasta la épica samurái de “El Lobo Solitario y su cachorro”. The Creator intenta ser ese tipo de ciencia ficción como alegoría, en este caso de la opresión a minorías y el imperialismo, pero nunca consigue apretar exactamente el punto, porque nunca logra desarrollar los personajes como modo de referencia, quedándose en lo llanito.

Pero la queja es más frustración por ver lo que pudo ser, porque The Creator es un gustazo para la pupilar; Edwrads nos da una delicia visual enriquecida de su habilidad para tiros espectaculares de cámara, presentando acción en sentido épico que hace nunca querer aparta la vista de la pantalla. Su historia no será la más original, pero vaya que sabe contarla, dejando buen sabor en la boca, queriendo ver más. Recomendada.

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