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Crítica: Dumb Money nos recuerda que Goliat siempre gana

Si llegaste a leer o escuchar del escándalo que ocurrió con unas acciones de Gamestop pero nunca entendiste mucho, no te preocupes, es exactamente como quieren que sea. Mi parte racional comprende que un sistema económico mundial con incontables partes, a través de innumerables redes obviamente será complicado para cualquier persona de afuera. Mi parte cínica también sabe que mucho de estos conceptos son complicados adrede para los de arriba mantener el control. Varias cosas pueden ser ciertas.

Como por ejemplo, Dumb Money es una divertida recolección de los eventos entre el 2020 y 2021 que mantuvo el mundo en ascuas, viendo como un improbable grupo logró arrodillar una de tantas poderosas firmas económicas a fuerza de memes, y videos en TikToks. Pero también es una sobre-simplificación de como llegó a ese nivel, y que realmente no provocó ningún cambio significativo; los que tienen mucho sigue teniendo más, los que tenemos poco, seguimos teniendo menos.

Craig Gillespie sigue usando su habilidad para desmenuzar complicados eventos en pequeños trozos fáciles de digerir, tal como lo hizo en “I, Tonya”, y la mini-serie Pam & Tommy, para presentar varias historias que pusieron nerviosos a gente que no están acostumbrados a pensar en la gente de abajo. De hecho, el nombre de la película, Dumb Money (Dinero tonto), es como los grandes jugadores en Wall Street se refieren a esos inversionistas individuales comprando acciones en aplicaciones como Robinhood, la cual es parte integral de esta historia.

Paul Dano es perfecto como Keith Gill, un sereno trabajador de media clase cuyo mayor entretenimiento es hacer videos en redes sociales, vestirse con camisas de gatos, y ponerse una bandana roja de karate. Como parte de un foro en Reddit, Gill comienza a exhortar las acciones de GameStop, una compañía vendedora de videojuegos que son el objetivo de una empresa de inversiones apostando a su declive. La estrategia es sencilla, cruel y completamente legal: apostar al fracaso de una compañía, destruirla y luego vender los pedazos.

Para Gill esto es una de las peores movidas de un sistema, por lo que decide comprar todas las acciones posibles, publicando constantemente su portafolio en línea, consiguiendo que más gente se una a su cruzada. Algunas de estas personas son representadas por un fantástico elenco; América Ferrara es una madre soltera trabajando como enfermera, Anthony Ramos es un empleado de GameStop, y Harmony (Talia Ryder) y Riri (Myha’la Herrold) son una pareja de estudiantes universitarias.

Esto provoca que las acciones comiencen a subir drásticamente, haciendo que la firma inversionista de Gabe Plotkin (Seth Rogen) pierda cada vez más dinero, llamando la atención de Ken Griffin (Nick Offerman), director de Citadel. Ellos primero se ríen de esta loca jugada, pero van perdiendo el humor a medida que el valor de las acciones continúa trepando a niveles insospechados.

Dumb Money se enfoca mayormente en el poder del internet, especialmente las redes sociales, como modo de llamado a la acción entre gente que de otra manera nunca conectaría. La historia de “David contra Goliat”, el “tipo pequeño ganándole a los grandes”, es demasiado tentadora, aunque al final del día, la victoria haya sido efímera.

(Para más detalles de como funciona este sistema, vean The Big Short)

La película tampoco traga demasiado de su propio ponche, pues admite que esto fue un chispazo en el sartén, rápidamente apagado, pero fue hermoso mientras duró. Recomendada.

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