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Crítica: La Fuerza está débil con Ahsoka

Star Wars siempre será una de mis más amadas franquicias. La que me enseñó sobre el bien y el mar, a pelear por los míos, a nunca rendirme y aceptar que los errores cometidos no son el fin del mundo, sino parte del camino si aprendes de ellos. En manos grandiosas puede ser una reflexión sobre la guerra, el imperialismo, los daños de la colonización, el heroísmo, y que ninguna institución es inmune a desplomarse, figurativa y literalmente, bajo el peso de las consecuencias de sus actos.

Pero en los últimos años cada vez son menos las veces que disfruto igual. Con Andor, Tony Gilroy nos dio la última gran producción en la Galaxia muy, muy lejana, con todo lo demás siendo apenas migajas. Incluyendo Ahsoka, la esperada serie enfocada en Ahsoka Tano, protagonizada por Rosario Dawson, ocurriendo aproximadamente cinco años después de Episodio VI: El Regreso del Jedi. La serie es manejada por Dave Filoni, quien trabajó la aclamada serie animada The Clone Wars, y Star Wars Rebels, además de colaborar con Jon Favreau en The Mandalorian.

Los primeros dos episodios de Ahsoka están…ok. La gran habilidad de Filoni haciendo episodios animados de 22 minutos no se traducen desarrollando episodios de 40-55 minutos en “live-action”. El ritmo es lento y pesado, los diálogos dolorosamente simplones, la trama repetida, con poca emoción. Lo que me ayudó a disfrutarlos fue más bien la nostalgia de ver personajes interpretados por actores de carne y hueso (o metal, como Chopper). Especialmente Natasha Liu Bordizzo como Sabine Wren, una de las protagonistas de Star Wars Rebels, y aprendiz de Ahsoka.

Un poco de trasfondo: Ahsoka fue creada por Filoni como parte de Star Wars: The Clone Wars, ella es una Togruta asignada como aprendiz de Anakin Skywalker luego de este ganar el rango de Caballero Jedi, entre Episodio II: El Ataque de los Clones, y Episodio III: Venganza de los Sith. Entre las aventuras y seis temporadas, Ahsoka se convirtió en favorita de la audiencia, finalmente llegando a ser interpretada por Dawson en “El Jedi”, el episodio 5 de la segunda temporada en The Mandalorian. En la historia canónica, Ahsoka sobrevivió la Orden 66, y se mantuvo operando clandestinamente, apoyando la rebelión en distintas partes de la galaxia hasta la derrota del Imperio. Al final de Star Wars Rebels, vimos a Ahsoka uniéndose a Sabine para buscar el aprendiz Ezra Bridger (Eman Esfandi), quien desapareció luego de una heroica movida para derrotar el Almirante Thrawn (Lars Mikkelsen) en la batalla por el planeta Lothal.

Algunos años después, hay rumores de que Thrawn, no solamente sigue vivo, esta planeando juntar los remanentes del Imperio para un contraataque contra la Nueva República. Ahí encontramos a Ahsoka encontrando un artefacto que pudiera contener el mapa que la lleve a Thawn…y quizás a Ezra. Para descifrar el artefacto, la general Hera Syndulla (Mary Elizabeth Winstead) sugiere que solamente Sabine es capaz de hacerlo, por lo que Ahsoka tendrá que reencontrarse con su antigua pupila, reconciliarse y quizás volver a formar equipo.

Pero Ahsoka no es la única persiguiendo el artefacto. Dos misteriosos usuarios de La Fuerza, Baylan Skoll (Ray Stevenson, quien falleció luego de filmar la serie), y su aprendiz Shin Hati (Ivanna Sakhno) comienzan a causar problemas entre la nueva república, liderados por una leal seguidora de Thrawn con un siniestro pasado, y un aun peor deseo de reestablecer el derrotado Imperio.

Hay esperanza en Ahsoka; hay varios momentos chéveres, mayormente cuando se nota el espíritu Star Wars. Especialmente en aquellos donde Filoni invoca la inspiración Samurái del director Akira Kurosawa, quien fue una gran influencia en George Lucas con su filme Throne of Blood. No voy a perder la fe, porque se nota cuanto el elenco se esfuerza por hacer lo mejor posible con lo que tienen.

Si estoy siendo severo con Ahsoka, es porque ya se ha demostrado cuan buena (Andor) puede ser una historia en Star Wars en la era moderna. Por ejemplo, hay una oportunidad de hablar sobre como Sabine y Ahsoka fueron niñas soldados en guerras entre regímenes que no parecían importarle ninguna de las dos, porque “el propósito mayor es la prioridad”. Más que nadie Ahsoka, que fue traicionada por la Orden Jedi, una institución derrotada por su propia soberbia.

Quizás estoy pidiendo mucho, y debo conformarme con  ver “pew pew”, “pelea de sables luz swish swish” y ya.

Por supuesto que voy a seguir viendo Ahsoka, porque tengo esperanza en que los primeros dos episodios fueron simplemente para establecer la situación y el resto de la serie será maravillosa y regresaré a decir como me equivoqué y debí darle tiempo. Dedos cruzados.

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