Cuando empecé a ver los trailers de Jackie sabía que sería una película que no me perdería. Ya que además de enfocarse en la enigmática, pero muy celebrada primera dama Jacqueline Kennedy, es dirigida por un director que hasta ahora no ha tenido desaciertos: Pablo Larraín. Con Jackie llega su primer proyecto anglosajón y nuevamente la saca del parque al igual que en producciones anteriores como El Club (¡véanla, está muy buena!).
Jackie presenta a Natalie Portman como el titular y quien lleva sobre sus inmaculados hombros esta “mas o menos biopic” que se enfoca solo en la semana luego del asesinato del presidente Kennedy. Desde el inicio tenemos una banda sonora que nos lleva a un momento sombrío y de confusión, las notas discordantes son complementos perfectos de esos primeros instantes en los que Jackie, algo pérdida, debe empezar a afrontar su nueva realidad. El marco de la película es la entrevista que Jackie le concedió a Time Magazine justo despues de la muerte de Kennedy donde por primera vez inmortaliza la presidencia de su marido y su vida como “Camelot”.
Pero más allá de eso, lo que hace de esta película una impresionante es la habilidad de Portman de poder enseñarnos la tridimensionalidad de Jackie. Larraín dijo que no trabajaría con nadie que no fuera Natalie en esta película y entiendo el porqué. Desde el peculiar acento hasta su comportamiento, la actriz brilla en todas las escenas de Jackie (sí, ella sale en 99.9% de las escenas).
La vemos como alguien que afrontó con coraje y entereza algo que muchos de nosotros ni imaginamos. Ella misma en un momento le dice al reportero de Time (Billy Crudop) que ella no es como las demás personas a cuenta de las decisiones que se vio forzada a afrontar durante esos días. Jackie como persona se presenta en tres partes: la primera es la figura pública que se obsesiona con el funeral (imita el funeral de Lincoln) y con mitificar el legado de su marido como manera de manejar su dolor. Segunda, la madre y miembro de la familia Kennedy, quien defiende a sus hijos, tiene que reconstruir su vida y tiene un absoluto control de todo lo que se publica de ella, hasta en la entrevista que ella misma planifica. Finalmente, la Jackie que está sola en su cuarto y afronta la realidad que ya nada será como antes, que está sola y que al momento de la muerte de su marido la vida no era tan idílica. Esa Jackie no entiende por qué esto tenía que pasar y cuestiona su fe, pasando por los inicios de las etapas de la pérdida.
Aún con algunas debilidades del guionista Noah Oppenheim, Larraín logra transmitir todas las emociones de Jackie y darle una intimidad increíble a un filme sobre una persona que valoraba su privacidad por encima de todo, pero nunca pudo escapar de la vida pública. Pablo se enfoca en su personaje principal y la expone de una manera hermosa en todas sus facetas. Uno de los más grandes aciertos de esta película es presentar un periodo tan corto de tiempo y no diluir la historia en la vida completa de Jackie. Esto permite a Larraín la incisividad que requiere el dirigir este filme exitosamente.
Vayan a ver Jackie, no se van a arrepentir.
Fanática del cine, fashion y Real Madrid. Amiga de merengues y 2 o 3 culés que se han colado. Se ríe bien duro, ha ganado múltiples galardones en Rock Band, odia hablar de ella en tercera persona y hacer biografías.
2 Comments
Esta película es absolutamente sosa e intrascendente; la premisa del film apenas da para un telefilme. Hacer de los entretelones de un funeral de estado el nucleo de un film… ¡Francamente, no me jodas!
Horrible y cansona totalmente patética , Portman una neurótica como en el cisne negro