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Crítica: Harley Quinn tambalea pero cae parada en su cuarta temporada

En su poco tiempo de vida, el streamer DC Universe nos dio cuatro series basadas en comics que intentaron expandir las mitologías de los personajes como nunca antes. De todas solamente continúa Harley Quinn, (mi favorita) un programa animado para adultos que abrazó el absurdo del concepto de superhéroes, llevándolo al nivel más alto posible, y como ninguna otra producción basada en esas propiedades ni siquiera se ha acercado.

Con su cuarta temporada, Harley Quinn sigue siendo ultra-violenta, subversiva, y tocando al ritmo de su propio, caótico tambor. Sin embargo, la decisión de separar el equipo principal afecta la mayoría de los episodios, ya que la sustitución no logra igualar la dinámica conseguida desde el principio. Por otro lado es positivo que los escritores estén tomando riesgos, explorando nuevos caminos, y cada vez haciendo más única y distinta esta versión del Universo DC. Se vive y se aprende.

Comentando inmediatamente donde nos quedamos el año pasado, Harley (Kaley Cuoco) decidió abandonar completamente la villanía, uniéndose a la bati-familia luego que Bruce Wayne (Diedrich Bader) fuera encarcelado por convertir Ciudad Gótica en un apocalipsis zombi. El problema es que Batichica (Briana Cuoco), Nightwing (Harvey Guillén) y Robin (Jacob Tremblay) siguen un estricto código de honor con el que Harley no logra conectar, acostumbrada a resolver todo a batazos –ahora bati-batazos- patadas y golpes mortales.

Mientras tanto, Pamela “Poison Ivy” Isley (Lake Bell) descubre que ser la primera mujer directora de la Legión de Destrucción significa enfrentar prejuicio constante –tanto directos como escondidos- por ser mujer, ya sea villanos rechazando todos sus planes de crímenes “socialmente conscientes”, o Lex Luthor (Giancarlo Esposito) imponiéndole un equipo de relacionistas públicos para “suavizar” su imagen, y empujar la narrativa de él ser tan progresivo que contrató una mujer para dirigir la Legión.

Por tanto, Ivy y Harley ahora trabajan en lados opuestos de la ley, metiéndole presión a su relación personal, cuando asuntos profesionales interfieren constantemente con las metas de cada una.

Adicional a eso, recordemos que la pandilla de Harley se dividió por completo; King Shark (Ron Funches) lidia con su matrimonio arreglado, Clayface (Alan Tudyk) es ahora un ultra famoso artista en Las Vegas, y el Doctor Psycho (Tony Hale) continúa su exitoso podcast desde la prisión.

Todo eso significa que la interacción entre estos dementes personajes casi no existe esta temporada, precisamente lo que hizo la serie destacarse desde el principio. Aunque Bane (James Adomian) sigue teniendo algunos de los mejores momentos, y la inepta Nora Fries (Rachel Draft) aumenta su presencia, no es suficiente para llenar esos vacíos. Especialmente cuando la bati-familia es demasiado “seria” por lo que el contraste con Harley resulta más fastidioso que divertido.

Pero tranquilos, la cuarta temporada de Harley Quinn como quiera está repleta de chistes directos, indirectos, escondidos, tanto para seguidores casuales como amantes duros de los comics. También hay escenas exageradamente violentas con sangres y carnicería volando por los aires, en eso no han dejado caer la pelota.

No hay ningún episodio tan introspectivo como cuando Harley y compañía viajaron a la mente de Bruce Wayne la pasada temporada, pero sigue siendo evidente que los escritores aman estos personajes y el mundo que están montando, dando varios momentos emocionales, desarrollando las figuras de Ivy y Harley, y su divertida relación. Eventualmente, hacia la segunda mitad, la pareja se reúne cuando comienzan los verdaderos problemas.

La buena intención de llevar los personajes a situaciones distintas en la cuarta temporada no consigue elevar Harley Quinn a los geniales niveles de sus temporadas antecesoras pero, entre el siempre excelente trabajo del elenco de voces, el constante humor negro, violento y cínico, y los escritores aprovechando de tener su propio universo para jugar, burlarse y gozar, consigue mantenerla como una de las mejores producciones animadas basadas en estas propiedades, especialmente en la segunda mitad de la temporada cuando Harley e Ivy se reúnen para resolver el tremendo problema que les cae encima. ¡Inmensamente recomendada!

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