Hacía tiempo no me reía tanto con una película como con Theater Camp, la nueva oferta de 20th Century Studios estrenando el 13 de julio en Puerto Rico, y el 14 en Estados Unidos.
Una amorosa canción de amor al teatro y las artes, ese maravilloso mundo donde muchos encontramos nuestro primer refugio, y finalmente encajamos. Aunque algunos momentos camina la línea fina entre comedia y auto-parodia, la relación emocional entre sus personajes, y un genuinamente honesto tercer acto mantiene Theater Camp en balance.
El cariño es genuino; Theater Camp es basado en un cortometraje que los amigos en vida real Ben Platt (Pitch Perfect), Molly Gordon (The Bear), Noah Galvin (Booksmart) y Nick Lieberman filmaron durante la pandemia, convirtiéndolo en un filme completo repleto de chistes y referencias a las idiosincrasias del mundo teatrero, algunas tan universales como el “descanso de voz”, y el constante uso de diálogos o segmentos de famosas canciones para comunicarse.
Claro, aquellos que conozcan de ese mundo disfrutarán más del humor, pero el corillo intentó fuertemente hacer Theater Camp una experiencia disfrutable por cualquiera y, a juzgar por las constantes risas en la sala donde la vi, lo consiguieron.
Filmado en estilo “falso documental” (como The Office y Abbot Elementary), Theater Camp comienza con una presentación de Bye Bye, Birdie en la que Joan Rubinsky ha puesto sus esperanzas para recaudar suficiente dinero y mantener abierto AdironACTS, su campamento de teatro para niños y adolescentes, ante constantes deudas y la competencia del lujoso campamento privado justo al lado del suyo. Pero la cosa se complica cuando Joan sufre un derrame cerebral que la deja en coma indefinido.
Entonces llega su hijo Troy, un “crypto-bro”, aspirante a “influencer” que nunca tuvo ningún interés en teatro ni lo que su madre hacía, para tratar de salvar el campamento, mientras se desarrolla drama entre los maestros, y entre los estudiantes. Especialmente Amos (Platt) y Rebecca (Gordon), dos amigos desde niñez que han formado una relación extremadamente dependiente del otro. Otros personajes incluyen a Janet (Ayo Edebiri, robándose todas sus escenas), una nueva maestra que obviamente mintió en sus resumé, Clive (Nathan Lee Graham), un maestro de baile demasiado honesto, y Alan (Alan Kin), un estudiante queriendo convertirse en manejador y representante de sus compañeros.
Theater Camp mete todo lo posible del mundo teatrero, desde maniacas audiciones, caótica producción, y guerra de egos, entre mucho más, pero nunca pierde el norte de expresar amor al universo de las tablas y su significado en aquellos que lo viven. Salí con calambre porque me reí de principio a fin, ¡INMENSAMENTE RECOMENDADA!
Podcastero, comediante, crítico de cine y TV miembro de la Critics Choice Association, crítico certificado en Rotten Tomatoes, y padre de gatos. Una vez cuando niño entré a un cine, y en cierta forma nunca salí.
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