No se supone que yo diga esto, no es profesional pero, tienen que ver The Big Short al menos una vez, preferiblemente dos, para entender mejor lo que están hablando. Irónicamente, el tema es sencillo: un grupo de problemáticos anticipan la debacle económica del 2008, y buscan sacarle todo el provecho posible.
Adam McKay, mejor conocido en el universo y más allá por comedias de Will Ferrell como Talladega Nights: The Ballad of Ricky Bobbie, y Anchorman: The Legend of Ron Burgundy, afronta su primer “drama” de la mejor forma que sabe: haciéndonos reír, aun cuando durante el proceso nos indigna, nos sorprende, y hasta nos aterroriza. No, no estoy exagerando.
Basado en un libro escrito por Michael Lewis, quien también escribió los libros en que basaron The Blind Side y Moneyball, McKay igualmente coescribió el guion junto a Charles Randolph de esta película que, recuerda a The Wolf of Wall Street en más de una forma. En cualquier otro filme, estos tipos serían los malos. Sin embargo, McKay prefiere presentarlos como personas, algunos hasta con un poco de consciencia.
Estoy seguro que la mayoría de las personas, incluyéndome, aún no están muy seguros de que fue lo que pasó en el 2008, porque la economía mundial cayo tan fuerte y porque el gobierno tuvo que salvar estos bancos, los mismos que causaron el problema. McKay usa chistes, monólogos rompiendo la cuarta pared, y unos cuantos ingeniosos cameos de gente famosa para explicar términos tan complicados, que los mismos envueltos admiten no entender muy bien ellos mismos. Eso último es a propósito, por cierto.
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The Big Short es un proyecto de pasión de McKay, quien llevaba años tratando de hacerla, y se nota enormemente; la energía, el ritmo, y el elenco tan fantástico son evidencia de que McKay necesitaba contar esta historia. Christian Bale interpreta a “Michael Burry”, un genio matemático tan bueno para encontrar patrones como malo para comunicarse con otros. A fuerza de imprudentes correos electrónicos, y decisiones unilaterales, “Michael” se convierte en el primero en apostar contra el sistema de hipotecas de Estados Unidos, una absoluta locura a los ojos de todo el mundo.
Todo el mundo excepto gente como “Jared Vennett” (Ryan Gosling), un banquero quien, debajo de su simpática sonrisa, contiene todo lo malo que esperamos cuando pensamos en un banquero al estilo de filmes ochentosos. Él es el narrador principal, por cierto. “Jared” envuelve a “Mark Baum”, un accionista que detesta el sistema para el que labora, interpretado magníficamente por Steve Carell en uno de sus mejores trabajos al ser uno de los pocos personajes desarrollados más allá de lo que presenta.
“No entiendo, ¿por qué están confesando?” “No se están confesando, están fanfarroneando”
La mejor parte de la película es precisamente cuando “Mark” y su equipo de trabajo, tan cínicos como el, investigan esta absurda idea de que el mercado de hipotecas, históricamente el más seguro del mundo, se encuentra a punto de colapsar. Ellos no son los únicos; dos jóvenes aspirantes a bonistas, encarnados por John Magaro y Finn Wittrock, se meten a la jugada con la ayuda/guía de “Ben Rickert” (Brad Pitt), un ex corredor de acciones que acepta regresar al sistema que tanto odia por razones que nunca quedan claras, o quizás porque la codicia pesa más que la conciencia, un tema recurrente en esta cinta.
Poco vemos de las victimas pero, The Big Short nos recuerda constantemente que todos esos millones ganados por estos chicos son gracias a familias que se quedaron sin trabajo, sin hogar, gracias al fracaso de una industria dejada por la libre, con fraude, mala regulación, estupidez, y avaricia extrema, la misma industria que fue salvada con dinero público, casi sin ninguna consecuencia, y peor aún, sin ninguna garantía de que no volverá a suceder.
The Big Short está brillantemente constituida para educarnos divirtiéndonos, aunque nos deja con el mal sabor en la boca de que nada realmente cambió. No me sorprendería, o mejor dicho espero, que The Big Short se convierta en material de clases de economía, sociales, o todas las anteriores. Inmensamente recomendada, vayan a verla. Please.
Podcastero, comediante, crítico de cine y TV miembro de la Critics Choice Association, crítico certificado en Rotten Tomatoes, y padre de gatos. Una vez cuando niño entré a un cine, y en cierta forma nunca salí.
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