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Crítica de Pam & Tommy

A veces me pregunto si realmente estamos encadenados por la nostalgia de tiempos pasados o simplemente preferimos no aceptar que “todo tiempo pasado fue mejor” no es necesariamente cierto. Quizás las promesas de un futuro mejor fueron demasiado altas contra la muralla de ladrillos que hemos chocado estos recientes años y, en el fondo, calladamente, preferimos repasar cuando el presente era esperanza, en vez de mirarlo con honestidad, como últimamente nos están haciendo hacer varias películas y series, incluyendo Pam & Tommy, la nueva oferta de Hulu, sobre el escandaloso video sexual de la pareja.

Pam & Tommy es la mejor serie biográfica desde American Crime Story: The People versus OJ Simpson, y por las mismas razones, al enfocarse en las personas dentro de su historia, y en el impacto socio-cultural del evento que comenzó a cambiar la forma que consumimos contenido. Aparte de dos impresionantes actuaciones de Lily James y Sebastian Stan, transformándose dentro y afuera en los personajes titulares.

Si no estabas vivo o eras demasiado joven en 1995, déjame dejar esto claro: Pamela Anderson y Tommy Lee eran LA pareja del momento. Aunque los mayores años de gloria de Motley Crüe habían pasado, y su relevancia en la cultura popular estaba siendo rápidamente reemplazada por el “Grunge”, rock alternativo dominado por Nirvana y otros grupos, seguían siendo una de las bandas de rock más populares del mundo. Mientras tanto, Pamela Anderson era una de las mujeres más famosas del mundo, con alrededor de mil millones de personas alrededor del planeta viéndola correr las playas de Baywatch cada semana. La fascinación con ellos de la audiencia, la prensa farandulera, y los paparazzi era interminable. En los 90’s el internet era una novedad a la que pocos tenían acceso, por su precio, relativo complicado proceso, y requerimientos técnicos. Esos primeros años digitales fueron el ultimo “salvaje viejo Oeste” de la civilización moderna, donde todo se valía, todo se hacía, y nadie sabía de donde, como, cuando o quien.

Siendo una producción de Seth Rogen y Evan Goldberg, podemos esperar la energía dramática mezclada con su usual sentido oscuro del humor. Esto combinado con el estilo de Craig Gillespie (I, Tonya) dirigiendo los primeros tres episodios resultando en una maniaca presentación de los eventos, antes que los demás directores Lake Bell, Hannah Fidell y Robert asuman la segunda mitad de la serie, dándole profundidad y humanidad, culminando en una dolorosa, honesta, algo imperfecta, pero contundente mirada a la forma que reaccionamos como sociedad al escándalo del video sexual de Pam y Tommy, sus esfuerzos en contener la distribución y los efectos sociales, económicos y emocionales en ambos, especialmente Anderson.

Afortunadamente, Pam & Tommy abordan la temática sin caer nunca en lo panfleteo, entendiendo que no es apropiado juzgar sucesos de hace 25 con la misma actitud que lo haríamos hoy, pero tampoco temen presentar el otro lado de la pantalla, literal, y figurativamente, especialmente desde la perspectiva de las consecuencias en las figuras principales.

La historia de como el video sexual de Pamela Anderson y Tommy Lee se convirtió en el primer ente viral del internet es casi demasiado extraña para ser ficción. Basada en Pam y Tommy: La Desconocida historia del video sexual más famoso del mundo, el artículo de Rolling Stone del 2014, Pam & Tommy comienza desde la figura de Rand Gautier (Rogen), un carpintero lidiando con las absurdas exigencias y constantes cambios de Tommy Lee para el “cuarto de amor” en su casa de Malibu. Como si ser eventualmente despedido por el baterista debido a supuesto “mal trabajo” no fuera suficiente, Lee rechaza devolverle sus herramientas de trabajo a punta de escopeta. Gautier decide vengarse del maltrato robándose la caja fuerte que el músico guarda en su garaje. La caja contiene armas, joyas, dinero en efectivos, fotos…y un cartucho H8. Cuando Gautier descubre que el video contiene momentos íntimos de la pareja, decide que esta es la forma en que el karma le ha asignado darle su merecido a Lee.

Las transformaciones de Sebastian Stan y Lily James son inmediatamente impactantes pero, a través de cada episodio vemos como van más allá de prótesis, maquillaje y peinados. Stan encarna a Lee como el pelafustán que el mismo admite haber sido en aquellos tiempos; impulsivo, imprudente, agresivo, casi desajustado emocional. Sin embargo, y quizás como un comentario metafísico, es difícil no simpatizar con su actitud cuasi infantil, especialmente durante sus escenas con James, donde vemos genuinas ganas de amarla. Es casi como si estuvieran diciendo que esa locura es la única forma de sobrevivir el surreal mundo de ser una figura pública, actuando en la forma que el mundo espera de ellos. Diría que estoy siendo suave con Lee, pero el trabajo de James como Anderson refuerza esta sensación. James replica la sonrisa constante, voz melódica y la mirada calibrada al mismo ritmo de Anderson, capturando la esencia de una mujer intentando controlar su posición en un mundo que ya decidió su valor simplemente basado en la sexualidad de su carrera.

Así como fue necesaria una alocada cadena de eventos requerida para que ese video revolucionara la forma que consumimos contenido a través del internet, Pam & Tommy llega luego de cataclismicos cambios en la forma que percibimos eventos, en una era después del movimiento #MeToo, y proyectos sobre Janet Jackson, Britney Spears y Tonya Harding. Vimos el video. Hicimos chistes. La mayoría de las burlas hacia Pamela, porque a Tommy lo miramos con otros ojos, y ustedes saben exactamente lo que quiero decir. La serie no nos regaña como niños, pero si nos lo explica como adultos.

Aunque hubiera preferido más tiempo en las vidas de Anderson y Lee (la serie dedica más espacio del necesario a Gautier y otras figuras que ayudaron la distribución del video), Pam & Tommy triunfa presentando los eventos sin mayores sentimentalismos de lo requerido, pero sin tapujo sobre la participación de la sociedad (nosotros) en ellos. Entre humor, excelentes actuaciones y buen ritmo, Pam & Tommy es una de las mejores series biográficas que he visto, ¡inmensamente recomendada!

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