En papel, Only Murders in the Building nunca debó funcionar tan bien como lo hizo. En la primera temporada conocemos el trio de Mabel Mora (Selena Gómez), una joven divagando por la vida, Charles-Haden Savage (Steve Martin), un actor venido a menos luego de una corrida medianamente exitosa como un detective de televisión, y Oliver Putnam (Martin Short), un director de poca monta con más recuerdos que logros. Mas distintos entre sí no podrían ser, hasta que un apagón general los junta, descubriendo que todos escuchan el mismo podcast sobre crimen. Cuando un asesinato ocurre en el Arconia, el edificio lleno de excéntricos en que viven, toman la absurda decisión de investigarlo ellos mismos a través de su propio podcast.
La química natural de los tres, sumado a un legítimo misterio criminal que resulta tener relación con el pasado de todos, y un guion repleto de ingenioso humor y constantes giros, hizo de Only Murders in the Building una de las mejores comedias del 2021.
La segunda temporada los enfrentó a otro asesinato, esta vez con Mabel como sospechosa directa. Only Murders in the Building afrontó el reto de demostrar que el éxito no fue solamente surte, tendiendo que probar que la formula daba para otra serie de episodios. En general lo logró y ahora les toca buscar la manera de mantener la magia, pero darnos algo nuevo sin sentirse una completa repetición.
La tercera temporada de Only Murders in the Building utiliza la estrategia de separar los personajes durante gran parte de los episodios presentados a prensa (8 de 10), tanto para refrescar el concepto, como para darles espacio a que cada personaje principal funcione por sí solo. Mientras Oliver regresa a Broadway dirigiendo Rattle Dazzle, una rimbombante obra de época en la que Charles interpreta un policía, Mabel continua sin rumbo, ahora extrañando la dinámica del grupo.
Irónicamente, resulta menos efectivo, pues la mayor fortaleza de OMITB son las interacciones entre estas tres fuertes personalidades. Adicional a eso, el nuevo misterio no resulta tan interesante ni personal como los primeros.
Quizás sabiendo eso, es que los productores abrieron la cartera y botaron la cocina por la ventana, trayendo a nada menos que Paul Rudd, uno de los bonachones más queridos del mundo, y la mejor actriz viva ahora mismo, Meryl Streep –aparte de otros invitados especiales. Rudd aprovecha la oportunidad de interpretar todo lo contrario a lo que lo conocemos; su Ben Glenroy es el arquetipo de actor famoso, arrogante, soberbio e insoportable, con una sonrisa en la cara y un insulto pasivo-agresivo en la lengua.
Un tipo tan desagradable, que es más fácil saber quién no quería eliminarlo.
Por su lado, Meryl Streep encarna a Loretta Durkin, una actriz sin éxito que consigue su primer gran trabajo en la obra de Oliver, junto a otros personajes, incluyendo a Kimber (Ashley Park), una famosa de redes sociales, Dickie (Jeremy Shamos), el manejador y hermano de Ben, y los productores Donna (Linda Emond) y Cliff Demeos (Wesley Tamos), madre e hijo con el peor complejo de Edipo desde…pues, Edipo.
Only Murders in the Building pierde algo de su fuerza en esta tercera temporada, pero teniendo la suficiente para cargar un nuevo crimen que resolver, usando el carisma natural de sus actores, y el mismo humor que la ha caracterizado, mantiene interés para llevarnos al final y descubrir el verdadero culpable, aunque quizás sea hora de cerrar la puerta de una vez y por todas.
Podcastero, comediante, crítico de cine y TV miembro de la Critics Choice Association, crítico certificado en Rotten Tomatoes, y padre de gatos. Una vez cuando niño entré a un cine, y en cierta forma nunca salí.
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