Que tronco de episodio. Tal como esperábamos muchos, la temporada adaptando el tercer libro de “Una canción de Hielo y Fuego” ha sido la mejor de la serie hasta el momento y el cuarto episodio, “Oathkeeper”, fue un home run. Daenerys imparte justicia, Jon pide voluntarios y Jaime da tres regalos.
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Recuerden, este resumen tiene spoilers.
GAME OF THRONES: OATHKEEPER
Para variar, empezamos con Daenerys, mejor dicho con su general Grey Worm quien está aprendiendo la lengua común con Rosetta Stone Missandei. Es una escena corta, sin embargo, nos dejó conocer mejor a cada personaje y sus motivaciones. Dany interrumpe, llegó la hora de poner el plan en acción para conquistar Meereen: Grey Worm se introduce a la ciudad junto a otros Unsullied disfrazados de esclavos para convencer a los de la ciudad de rebelarse y darles armas, y Grey Worm es un excelente vendedor. Es un plan brillante: al provocar una rebelión, Daenerys conquista la ciudad sin que uno de sus soldados derrame sangre.
Dany es recibida como la libertadora que es y su primera orden es una sentencia: que crucifiquen 163 dueños de esclavos para pagar por la misma cantidad que usaron para marcar el camino a Meereen (“contestaré injustica con justicia”). La reina Daenerys Stormborn nos despide esta semana con una brutal toma de cámara en la que la vemos observando su nueva conquista con la bandera de la familia Targaryen ondeando en el punto más alto de Meereen. Bad-ass!
Jaime continúa su entrenamiento con Bronn, y aprendiendo de él lo primero que nosotros aprendimos de él, se pelea honorable o se pelea para ganar. Resulta que insultos e insolencia no es lo único que recibe esta semana, Bronn lo convence de visitar a Tyrion y así tenemos otra tremenda escena con el gran Peter Dinklage. Jaime necesita que Tyrion le diga que el no mató a Joffrey. Esta es una fantástica escena en la que vemos el profundo amor y respeto mutuo, al punto de que la única razón por la que Tyrion aguantó tanto abuso de Jof es porque sabía que era el hijo de su hermano.
Si Tyrion no lo hizo, ¿Quién? Y aquí llega la gran revelación.
Sansa quiere saber a donde Petyr la está llevando, y resulta que van de camino para el valle de Arryn donde se casará con la tía de Sansa, Lysa Arryn. El plan le quedó perfecto a Littlefinger, le pagó a Ser Dontos para regalarle aquel collar a Sansa, el cual tenía una piedra en específico que se usó para envenenar a Joffrey. Sansa no entiende, porque matar a Joffrey cuando los Lannister le han dado todo. La respuesta es fácil, Petyr no podía confiar en un tipo tan vicioso y perverso como Joffrey, ahora habrá un rey más fácil de dominar: Tommen Baratheon. “Que es lo que quieres” pegunta Sansa, “todo” contesta Littlefinger.
Rápida pausa: este capítulo contestó y dejó claro de una vez quien mató a Joffrey, algo que, increíblemente, no estaba completamente claro en los libros hasta hoy. Evidencia de que, más que adaptar, la serie ha servido para enriquecer la historia.
¿Quién puso esa piedra en la copa de Joffrey? Olenna Tyrell, “la reina de las espinas” y abuela de Margaery, le revela la verdad a su nieta y le explica Olenna le cuenta a su nieta como logró casarse con el futuro Señor de Highgarden: metiéndose en su cuarto y virándolo como media, y ahora todos nos quedamos con la imagen de la doña metiendo mano. Gracias Game of Thrones. Olenna le dice que debe apresurarse a ganarse el cariño del nuevo rey y ahora futuro marido antes que Cersei lo ponga en su contra.
Marg no come cuentos; esa misma noche se le metió al cuarto a Tommen para decirle cosas bonitas y ofrecerle que se conozcan mejor. Lo único que Tommen logra decir es “si” a todo lo que Margaery dice y no lo culpo. “Cuando nos casemos, yo seré tuya, para siempre” le dice Marg con esa sonrisa y mirada, y le promete que seguirá visitándolo todas las noches con un besito en la frente. El embuste más grande que he visto en cualquier película y serie es que Tommen no haya explotado en ese mismo instante.
Jaime visita a Cersei para hablar de Tyrion y dar su opinión sobre su inocencia pero, recibe una orden: que aumenten la seguridad de Tommen. Además de eso, es obvio que Cersei quiere que busquen a Sansa, la culpa igual de la muerte de Joffrey. Jaime decide entonces tratar de cumplir, en cierta manera, la promesa que le hizo a Catelyn Stark de proteger a sus hijas, aun cuando admite que hizo el juramento para poder regresar a Cersei.
¿Recuerdan la espada de acero Valerio que le regaló su padre Tywin? Jaime se la da a Brienne para que busque y proteja a Sansa con acero de la espada de Ned Stark. También le da una nueva armadura que le mandó a hacer y que le quedo perfecta. (Acho Jaime, ¡la tienes tasá!) “la encontraré, por Lady Catelyn…y por ti” dice Brienne. Jaime le tiene un tercer regalo: Podrick el ex escudero de Tyrion. De esa forma, lo saca de la ciudad y lo protege. Falta algo: “dicen que las mejores espadas tiene nombre” dice Jaime. Se observan fijamente, “Oathkeeper” contesta Brienne. Jaime se despide y ambos se miran mientras ella se aleja.
En un comentario aparte, la forma de que Podrick y Brienne termina juntos es distinta en los libros pero, esta es una de esas tremendas ocasiones donde la serie logra mejorar un evento del libro y hacerlo mucho más emocional y significativo.
De las pocas cosas malas que había hecho Game of Thrones en sus primeros tres años fue la forma en presentaban a Jon Snow: un manojo de dudas y rebeldía, lo cual hacia sentido en los libros pues en estos es un adolescente de 16 años pero en un adulto desespera. Afortunadamente, eso ha cambiado esta temporada y finalmente vemos al líder arrojado y decisivo que llevamos esperando. Para su mala suerte, el comandante en espera es su némesis Allison Thorne y su nuevo soplapotes Janos Slynt.
Es obvio que Snow es mucho más popular entre los centinelas y los reclutas, lo cual puede ser un problema para Allison pues el comandante se escoge por votación, así que Thorne decide aprobar la misión que Jon propuso la semana pasada: hay que ir a la casa de Craster para capturar y matar a los desertores que mataron a Lord Mormont. El truco de Thorne es que, no es una misión oficial sino voluntaria, solo aquellos que quieran ir con Snow y no habrá apoyo de la guardia como tal. Jon le tumba los planes cuando se tiran discurso a lo Tyrion y varios se ofrecen.
De los que se ofrecieron, estaba un recluta que ya demostró que sabe pelear muy bien. Claro, si es Locke, el sádico oficial de Roose Bolton que le cortó la mano a Jaime Lannister y que está buscando a los hermanos Stark para ganar todo lo que Bolton ofreció por sus cabezas.
En el Torreón de Craster, los desertores continúan abusando de sus hijas/esposas y comiendo su comida. El líder aparenta ser Karl Tannen, un personaje tan desagradable que la serie lo presenta esta temporada bebiendo vino de la calavera del Lord Commander. Karl le ordena a Rast, el tipo que siempre insultaba a Sam, que coja el último hijo varón que queda de Craster y le ofrezca a los White Walker como hacia él, “regalo a los dioses” corean las mujeres. Rast obedece y de regreso va a alimentar a Ghost, a quien tiene encerrado pero, la temperatura baja repentinamente y un fuerte viento sopla: la ofrenda fue aceptada.
Resulta que cerca del lugar están Bran, con los hermanos Howland, Hodor y el direwolf Summer. Escuchan el llanto del bebe así que Bran entra en Summer y va averiguar. Justo cuando descubre que Ghost está encerrado, la conexión se corta. Algo pasó. Summer cayó en una trampa y perdió el conocimiento.
El grupo va a averiguar y descubren el torreón de Craster lleno de los desertores. Bran se niega a irse sin Summer, Meera decide buscarlo pero los atrapan. Mientras que a Hodor lo usan para diversión cruel, Karl los interroga. Cuando Jojen cae en uno de sus convulsiones y Karl amenaza con matar a Meera, Bran revela quienes son realmente.
Corte de cámara y ahora estamos más allá del norte de lo que hemos estado en la serie, vemos un jinete en la nieve. Es un White Walker con él bebe en sus brazos. Este llega a una especie de templo de hielo donde deposita el recién nacido en un altar. Otra criatura se acerca y lo recoge, cuando vemos su cara, es parecida a los otros Walkers: completamente pálido, ojos azules brillantes pero sin tantas arrugas y con cuernos. La criatura toca la cara del bebe con su uña, vemos sus ojos convertirse completamente azules. Ahora es uno de ellos.
Estas últimas tres cosas que sucedieron son cambios inmensos de cómo suceden en los libros y me dejaron bien contento. Con pocas excepciones, la serie ha funcionado muy bien cuando hace cambios en la historia y estos se ven que traerán muy buenos resultados.
Todavía estoy lidiando con la escena final: ¿Quién es la criatura con cuernos? ¿Darth Maul consiguió otro trabajo? ¿Sera el dios de la oscuridad del cual ha hablado Melisandre? Si es así, la serie oficialmente brincó los libros pues, en estos solo se había mencionado. Quizás estoy sobre exagerando y solo querían recordarnos que los White Walker siguen siendo la amenaza más grande que existe en Westeros
Este es el capítulo que demuestra porque esta serie es tan buena y popular; sin muertes sorprendentes ni grandes escenas de acción (ni tanto desnudo, ¿se dieron cuenta?), Oathkeeper logró avanzar la historia, desarrollar personajes, cerrar historias, abrir nuevas y dejarnos a la expectativa de lo que viene, no solo la próxima semana, sino en las próximas temporadas.
¿Qué te pareció Oathkeeper?
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Podcastero, comediante, crítico de cine y TV miembro de la Critics Choice Association, crítico certificado en Rotten Tomatoes, y padre de gatos. Una vez cuando niño entré a un cine, y en cierta forma nunca salí.
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