Hace once años conocí la tierra de Middle Earth. No soy de los que leyó el libro, apenas sabia de la existencia de este universo así que se podrán imaginar la impresión. Peter Jackson produjo un mundo de fantasía basado en la creación de J.R.R. Tolkien que me dejó tan maravillado como la primera vez que vi a los rebeldes destruir la estrella de la muerte. Y aunque de adulto tengo algunas reservas con los significados de la historia que no vienen al caso, la versión extendida de la trilogía esta en mi colección y de vez en cuando la visito.
Precisamente por eso estaba esperando con ansias y a la misma vez preocupado de ver The Hobbit: An Unexpected Journey, la historia antes de la saga original. No quería subir mucho mis expectativas, estaba consciente que la historia no es tan épica o relevante. Sin contar todos los problemas que hubo detrás de las cámaras y la extraña decisión (bueno, ni tan e$traña) de hacer una trilogía de un libro que apenas llega a las 300 paginas. Afortunadamente Peter Jackson no me falló.
“Bilbo Baggins” (Martin Freeman en un papel para el que nació) es un tranquilo Hobbit viviendo su pasiva y normal –léase, aburrida- vida en la comarca cuando es reclutado de la nada por el mago “Gandalf” (fantástico volver a ver a Sir Ian McKellen). La misión es ayudar a un grupo de Enanos, liderados por “Thorin” (Richard Armitage), el heredero al trono perdido del último Gran Reino de los Enanos, a recuperar el tesoro que les fue arrebatado por el peligroso y avaro dragón “Smaug” y así poder regresar a “Erebor”, de donde fueron exiliados por la horrenda criatura. La inesperada aventura los llevará por peligrosas áreas de la Tierra Media donde tendrán que descifrar acertijos, luchar contra criaturas que los persiguen y hasta sus propias dudas. Aunque ni el mismo “Bilbo” entiende porque “Gandalf” lo escogió como parte del grupo, demostrará que aun siendo el miembro más pequeño, su parte en esta historia será más significativa de lo que nadie imagina.
The Hobbit: An Unexpected Journey es una película bien entretenida, divertida y aunque no es mejor que ninguna de las partes de la trilogía, tiene su propio encanto. Sé que la comparación es inevitable pero les recomiendo que vayan con la mente dispuesta a ver algo que aunque se sienta familiar es una parte nueva de la saga de Middle Earth. Después de una impresionante secuencia donde nos presentan la historia antes de lo que vamos a ver, lo van a sentir algo lento, mientras están conociendo muchos nuevos personajes y de forma muy rápida. Pero una vez que empieza la aventura, la acción continúa con pocos momentos de descanso entre medio. Lo más que quería ver en The Hobbit es el primer encuentro entre “Bilbo” y “Gollum” (Andy Serkins) y no me decepcionó; el duelo de mentes entre ellos vale la pena toda la espera. Por cierto, en once años se ve el avance de la tecnología “CGI” porque “Gollum” se ve todavía más real. La cinematografía y la fotografía se ven más espectaculares que nunca, los paisajes de Nueva Zelanda se sienten tan reales que casi podía oler la naturaleza. Me dieron ganas de comprar un pasaje y mudarme para allá. La música suena tan familiar como el escenario y sus personajes pero eso no me molestó para nada.
No hay nada perfecto y en el caso de The Hobbit, es que se nota por completo que es una historia que ha tenido que ser rellenada. Estoy seguro que la historia de “Bilbo”, “Gandalf”, “Thorin” y “Smaug” pudo ser contada en una sola película. A eso súmenle que Peter Jackson no sabe cuando acabar una cinta, y los últimos diez minutos se sintieron más largos de lo normal, pero eso me pasa siempre con este director. Aun cuando es maravilloso ver personajes familiares de la trilogía, es obvio que Jackson está comprando tiempo para poder justificar las 2 horas 49 minutos que dura así que no me imagino que hará con las dos que faltan. De igual forma, preferiría que no dependiera tanto de los efectos CGI, en un momento dado hacia el final, durante una secuencia del grupo escapando de unas cuevas llenas de Gobblins, me sentí que estaba viendo una película animada.
No creo que pueda decir nada que convenza a nadie de ir o no ir a ver The Hobbit, pero les dejo saber que mi esposa no es fan de las películas de fantasía ni la trilogía original sin embargo le encantó The Hobbit así que eso les puede dar una idea de que este filme es mas ligero, divertido y entretenido. No la dejen de ver, es un espectáculo para los sentidos y la añado automáticamente a la lista de películas que todo cinéfilo debe ver aunque sea una vez. Buen viaje a Middle Earth….precious.
Podcastero, comediante, crítico de cine y TV miembro de la Critics Choice Association, crítico certificado en Rotten Tomatoes, y padre de gatos. Una vez cuando niño entré a un cine, y en cierta forma nunca salí.
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