Cuando vemos una película como esta hay muchas cosas se quedan dando vueltas en nuestra mente luego de que termina. Es un “after-taste” difícil de quitar. Más aún cuando por casi dos horas entendemos unas realidades que aparentemente nadie quiere entender o reconocer.
La película es una adaptación de la novela homónima Kazuo Ishiguro dirigida por Mark Romaneck y protagonizada por Carey Mulligan (An Education), Keira Knightley (Pirates of the Caribbean) y Andrew Garfield (The Social Network). La adaptación del libreto estuvo a cargo de Alex Garland.
Never Let Me Go es una historia en tres tomas que sigue la niñez, adolescencia y adultez de tres jóvenes criados en la idílica escuela Hailsham en Inglaterra. Tommy es un niño emocional y muy creativo, Ruth es un poco bully y Kathy es la más tímida de los tres, pero igual de creativa que Tommy. Es la relación entre estos tres jóvenes el eje central de la película. Sus emociones y la necesidad de enfrentar la realidad de sus existencias mientras se exploran el amor, la aceptación y los celos, es el vehículo para llevar al público en una película que se siente a momentos un poco larga.
No quiero contarles mucho de la trama porque creo que estaría siendo injusta, pero sí les digo que en esta obra entran elementos de la ciencia ficción y la literatura que se entrelazan muy bien. El ritmo es lo que me saco de tiempo un poco (no pun intended) Romaneck se tomo mucho tiempo tejiendo los detalles de la niñez y la adolescencia de los chicos, pero quiso resolverlo de un plumazo y no llegas a el climax de una manera totalmente satisfactoria. Aunque si debo admitir que se la comió con Andrew Garfield en la escena más importante de la película. Es un momento que se te queda en el corazón.
El casting es impecable, pero Andrew brilla más que las Keira y Carey. El chico es genial en su interpretación de Tommy, un hombre confundido por las circunstancias de su vida y tratando de encontrar un camino. Keira también interpreta bien a la celosa Ruth, una mujer en busca de redención. Carey lleva muy bien a Kathy, la narradora de la historia que a la vez es algo como el third wheel del grupo por su timidez.
La historia está enmarcada por una fotografía hermosa que estuvo a cargo de Adam Kimmel. La música es igual de magistral y sabemos la importancia que tiene la banda sonora en un filme. La combinación de ambas es el cimiento perfecto para la construcción de esta historia.
Personalmente, me quedé con ganas de ver más. Necesitaba un poco más de tiempo con la catarsis de Never Let Me Go. Es raro que me queje de que las películas son muy cortas, pero esta lo es. Aún así les puedo decir que me gustó mucho.
Tienen que ver Never Let Me Go no tan sólo porque la crítica ha estado dividida y debemos hacer nuestra opinión. Debemos verla porque llena las expectativas, porque es una película emocional que no es cursi con una premisa bien lograda y porque tienen que ver a Andrew Garfield. Van a quedar muy satisfechos con la trama.
Never Let Me Go estrena este jueves en Fine Arts Café [Puerto Rico]. Después que la vean me gustaría que ustedes Speak your miind y me digan que creen de todo lo que no puedo contar aquí.
Fanática del cine, fashion y Real Madrid. Amiga de merengues y 2 o 3 culés que se han colado. Se ríe bien duro, ha ganado múltiples galardones en Rock Band, odia hablar de ella en tercera persona y hacer biografías.
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