Para la próxima película de Die Hard, John McClane tumbará a Megatron del aire usando un tanque volador mientras visita su perro. Estaba interesado en A Good Day to Die Hard, realmente quería que fuera buena, o por lo menos mejor que la anterior. Lamentablemente, la nueva aventura de John McClane es la peor de todas aunque no significa que sea completamente mala; si fuera una serie de TV este sería un buen episodio (de hecho, es la más corta de la franquicia con apenas 97 minutos) pero no es ni sombra de lo que hizo al primer filme tan especial.
“John McClane” (Bruce Willis) viaja a Rusia para ver cómo puede ayudar a su hijo “Jack” (Jay Courtney) quien ha sido acusado de asesinato y será juzgado junto “Kamarov” (Sebastian Koch), el ex empresario que supuestamente le ordenó el trabajo. Pero resulta que “Jack” en realidad es un agente de la C.I.A. y todo es parte de una misión para proteger a “Kamarov” de un intento de secuestro y asesinato por parte de “Chagarin” (Sergei Kolesnikov), su antiguo socio que ahora ocupa un alto opuesto en el gobierno de Rusia y con miras a subir. “McClane” tendrá que asistir a su hijo a cumplir con la misión mientras trata de arreglar la relación familiar con él.
Si pensaron que en Die Hard 4 hubo embustes, no saben lo que les espera en esta ocasión. En los primeros 20 minutos del filme hay una persecución entre carros que si bien es emocionante, termina tan catastrófica que es imposible que alguien salga intacto. Sin embargo, “McClane” sale caminando con apenas un rasguño lo que mata cualquier suspenso de la historia: si el protagonista es tan poderoso que aguanta algo tan destructivo pues la audiencia no tiene que preocuparse por el resto de la película. Más tarde sucede lo mismo con un escape y batalla a tiros en un hotel que hasta envuelve un helicóptero de combate, o sea, buenas escenas de acción que entretienen por un rato pero también son fácil de olvidar.
El australiano Jay Courtney (Spartacus) tiene porte de un héroe de acción pero interpreta a “Jack” con el carisma de un cactus seco, aunque para ser justo, el libreto no le da mucha oportunidad de brillar. El antagonista “Alik” (Radivoje Bukvic) se comporta como el ridículo cliché que es , no le llega a los pies al enemigo de la película original, “Hans Gruber” (Alan Rickman), quien no es solo el mejor villano de la serie, sino uno de los mejores en la historia del cine.
Como dije al principio, A Good Day to Die Hard no es que sea completamente mala es que —con excepción de el nombre— no tiene nada de lo que amo de la original. Sospecho que la mayoría de la gente que no es fanático “hardcore” de la primera, les va a gustar; es una película inofensiva con escenas bien exageradas —casi caricaturescas— de acción, un poco de comedia y pues, Bruce Willis. Vayan a su riesgo, con bajas expectativas, desconecten el cerebro y es muy posible que la pasen bien por un rato.
Podcastero, comediante, crítico de cine y TV miembro de la Critics Choice Association, crítico certificado en Rotten Tomatoes, y padre de gatos. Una vez cuando niño entré a un cine, y en cierta forma nunca salí.
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