Crítica: Mission: Impossible – Rogue Nation

Hacer una franquicia como Mission Impossible puede sentirse como una misión de IMF. No solamente tienes que, como equipo, pensar en las maneras más locas y misiones más improbables para Ethan, también tienes que crear una historia que sea interesante y pueda darle al público una experiencia completa. Mission: Impossible – Rogue Nation cumple con las expectativas.

La trama esta vez lleva a Ethan tras El Sindicato, una organización criminal que -según mi fuente personal de todos los datos de Mission Impossible, Héctor (thanks, babe!)- aparece en Ghost Protocol. Esta vez el IMF tiene que enfrentarse a una red que básicamente hace lo mismo que ellos, pero al revés. Todo mientras IMF es desmantelado y absorbidos por la CIA.  Sus nuevas misiones los llevará a través del mundo con la más alta tecnología espía. ¿Suena como la trama de las anteriores? Esto es porque quien va a ver estas películas sabe exactamente lo que debe esperar. Secuencias de acción increíble, los carros más maravillosos a disposición de gente que guían como puertorriqueños a la hora del tapón y gente generalmente guapa haciendo lo que mejor saben, despachar terroristas. Yeah!

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Héctor y yo hablábamos sobre la inevitable comparación entre Mr. Bond y Mr. Hunt porque Rogue Nation se siente como lo más cerca que estos agentes estarán. Nos imaginamos un mundo a lo Marvel en lo que todo se entrelace… soñar no cuesta nada. Volviendo a la realidad, coincidimos que Hunt es un cowboy y que Tom Cruise lo lleva a pantalla a la perfección a pesar de sus 53 años. Todavía sus hazañas son “creíbles” y como personaje sabe que va a la acción sin mediar ni medir consecuencias. El conocimiento de que aún él hace muchas de las escenas de acción más peligrosas, le añade al viaje de adrenalina que ya esas películas tienen como formula. Bond, a pesar de también tener mucha acción, depende mucho de la interacción y de ese “pregame” verbal que siempre tiene tanto con las mujeres que conoce como con los villanos que se encuentra.

Hablando de mujeres, aquí nos encontramos con Rebecca Ferguson en un papel súper interesante de espía que te mantiene en duda durante toda la película. Es excelente en sus escenas de diálogo y de acción y le añade una capa importante a la trama. Redondean el elenco del lado de IMF Simon Pegg (para dar el alivio cómico), Jeremy Renner, Ving Rhames y Alec Baldwin. Tanto Ghost Protocol como Rogue Nation fueron producidas por  JJ Abrams y sabemos por su trabajo que él entiende muy bien la acción y el público al que le presenta. Ahora, ¿es Rogue Nation mejor que Ghost Protocol? Según mi fuente, no, pero está cerca.

Si van a ver Mission: Impossible – Rogue Nation, mi mejor consejo es que no beban refresco. Si te tienes que parar a ir al baño, puedes que pierdas una tremenda escena de acción que no te podrán contar. Siéntense a disfrutar del descontrol de una película que es un excelente cierre para los blockbusters de verano.

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