Tenemos que aprender a decir adiós. Esto viene de alguien que disfrutó el controversial cameo de Christopher Reeves en The Flash, pero la nostalgia ya no da para más. Si vamos a volver al pasado, que sea para darle un merecido final, como Indiana Jones and the Dial of Destiny.
En un mundo perfecto, habría cero duda de que esta será la última vez, pues Harrison Ford ya está en sus 80’s, pero ya vimos que nada es sagrado cuando intentaron darnos otro Han Solo. Sin olvidar el ascenso de la inteligencia artificial, y los avances en reproducción tecnológica de actores.
Por ahora olvidemos de esas inquietantes posibilidades, y hablemos de Indiana Jones and The Dial of Destiny, una divertida aventura que no llega al nivel de la trilogía original pero intenta todo lo posible para recordarnos porque Indy es uno de los héroes más queridos en la historia del cine.
Estamos tan adaptados a Steven Spielberg, que olvidamos cuan grande es hasta que vemos a alguien tratando de hacer lo que Steven Spielberg hace mejor que nadie. El director James Mangold (Logan) hace un adecuado trabajo con acción, humor, y persecuciones dignas de estar en una lista de esas que tanto le gusta hacer al internet. Pero definitivamente no es Steven Spielberg.
Comenzando en el pasado, el tema recurrente del filme, vemos un Harrison Ford rejuvenecido digitalmente a sus 40’s, persiguiendo un artefacto llamado “Mecanismo Antikythera”, inventado por el matemático griego Arquímedes, ahora en manos de los últimos Nazi después de la segunda guerra mundial. A Indy lo asiste su amigo Basil Shaw (Toby Jones), quien asegura que el artefacto es capaz de detectar “fisuras en el tiempo”, aunque Indy, como siempre, solo quiere llevarlo a un museo.
De vuelta al presente de la película, a finales de los 60’s, con Indiana despertando en un triste apartamento, con solamente la compañía de jóvenes vecinos imprudentes. Es el día de su retiro como Profesor de Arqueología, sin ningún plan para pasar el resto de sus días, excepto quedarse dormido frente al televisor. Cuando llega la sorpresiva visita de su ahijada Helena Shaw (Phoebe Waller-Bridge), hija de Basil, a buscar la pieza del Mecanismo que Indy lleva años escondiendo, luego de quitársela a Basil, debido a su maniaca obsesión por descubrir sus secretos.
El problema es que un grupo de Nazis, liderados por Jürgen Voller (Mads Mikkelsen) también quiere el mecanismo, mas encontrar la otra parte, y usarlo para regresar al pasado y evitar los “errores” de Hitler.
Sí, es mejor que Kingdom of the Crystal Skull (que yo no odio, como el resto del mundo). La ausencia de Mutt (Shia LaBeouf) y Marion (Karen Allen) no solamente es explicada, añade a la situación emocional de Indiana, siendo parte de su desarrollo durante la trama. La Helena de Waller-Bridge es tan sardónica como uno puede esperar de la creadora de Fleabag, mientras presenta otro lado del mundo arqueológico, siendo más bien una traficante del mercado negro, y la relación entre ambos funciona como arco redentor, mientras esquivan balas y golpes a través de exóticas localidades.
Indiana Jones and the Dial of Destiny me entretuvo de principio a fin. La realidad es que no puedo ser objetivo; ver a Harrinson Ford con látigo y sombrero, mientras la gloriosa música de John Williams suena a todo volumen es suficiente para amarla y quererla ver tantas veces como pueda, ¡inmensamente recomendada!
Podcastero, comediante, crítico de cine y TV miembro de la Critics Choice Association, crítico certificado en Rotten Tomatoes, y padre de gatos. Una vez cuando niño entré a un cine, y en cierta forma nunca salí.
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