Les voy a confesar algo: a mí no me encantó la primera temporada de The Umbrella Academy. No la odié pero, tampoco entendí porque tanta emoción; el tono depresivo, la innecesariamente complicada trama y, sobre todo, los ásperos personajes me impidieron compartir el aclamo que leia en casi toda la audiencia. En ese mundo todo el mundo era infeliz, o quería hacer infeliz a los demás. Si aprecié la intención de hacer algo distinto con el género de superhéroes dentro de un marco de conflicto familiar.
Afortunadamente la segunda temporada no solamente mejora todas sus deficiencias, sino que expande sus fortalezas, y aprovecha la mayor ventaja que posee: su elenco. Aparte de toda la demencia, violencia y sarcasmo, The Umbrella Academy es la historia de una familia reconstruyéndose.
La segunda temporada comienza justo donde terminó la primera…más o menos. Cuando dejamos los hermanos Hargreeves, Cinco (Aidan Gallagher) los llevó con él en un desesperado brinco a través del tiempo y espacio, escapando del apocalipsis causado por Vanya (Ellen Page) en el 2019. Por mala suerte, las habilidades de Cinco no son suficientes para llegar todos juntos, sino separándolos por distintos años cayendo en el mismo callejón de Dallas, Texas, durante la década de los sesenta: Klaus (Robert Sheenan) y Ben (Justin H. Min) en 1960, Allison (Emmy Raver-Lampman) en 1961, Luther (Tom Hopper) en 1962, y el resto en 1963 – Diego (David Castañeda) en Septiembre, Vanya en Octubre, y Cinco el 25 de noviembre, tres días después del asesinato del Presidente John F. Kennedy.
Con un nuevo desastre que evitar, Cinco tendrá que reunir sus hermanos mientras combate nuevas amenazas enviadas por “La Comisión”, esa enigmática organización de viajeros en el tiempo a la que perteneció.
Para ser justo de lo que dije primero, la primera temporada tenía la obligación de presentar los Hardgreeves en su peor momento para que entendiéramos sus respectivos estados mentales. Ahora, cuando ya sabemos quien es quien y sus motivaciones, la segunda temporada expande sus roles y personalidades, enfrentando un mundo nuevo (para ellos), llevándolos por caminos que tanto uno espera, simultáneamente sorprendiendo y provocando admiración.
Al llevarlos a una era distinta, The Umbrella Academy coloca los personajes en diversas situaciones, haciéndolos probar de que están hechos; mi favorita fue Allison convirtiéndose en activista de derechos civiles, durante una década donde el racismo no solamente era obvio, prácticamente era legal (algo que dolorosamente sigue siendo relevante en estos tiempos. Por su lado, Diego sigue intentando ser un héroe a su ruda manera, Luther encuentra nuevo trabajo, Klaus accidentalmente crea un culto religioso, y Vanya consigue una familia con sus propios problemas, que la serie aprovecha para más comentario social.
Tampoco es perfecta; algunas partes de la trama sufren de clichés, incluyendo amnesia, inexplicables decisiones a última hora, y convenientes cambios de reglas establecidas para beneficio del guion.
Pero las fortalezas de la segunda temporada sobrepasan sus debilidades. Ningún episodio me aburrió, todos los personajes me tenían pegado a la pantalla gracias a una historia mejor narrada y enfocada en desarrollar cada uno, especialmente la relación entre ellos, con varios momentos que genuinamente me conmovieron.
The Umbrella Academy es tanto sobre traumas del pasado en la psicología de un ser humano, como el efecto de tener poderes para levantar espíritus o manipular ondas sonoras. Con todas sus diferencias, los Hardgreeves están unidos por los sufrimientos de niñez y el cruel abandono emocional de un padre distante. Estas experiencias que nadie más puede entender es la cuerda plateada que los mantiene apegados más allá de un apellido, y disfruté ver ese aprecio mejor demostrado en estos nuevos 10 episodios. Contrario a la mayoría de la primera temporada, esta vez si los sentí ser familia, especialmente la segunda mitad de la temporada.
Aunque los cambios en tono acercan The Umbrella Academy a sentirse más tradicional dentro del género, mantiene el espíritu rebelde que la distinguió de otras ofertas, consigue más cariños hacia sus personajes, y deja con ganas de ver la próxima aventura. ¡Inmensamente Recomendada!
Podcastero, comediante, crítico de cine y TV miembro de la Critics Choice Association, crítico certificado en Rotten Tomatoes, y padre de gatos. Una vez cuando niño entré a un cine, y en cierta forma nunca salí.
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