Si le preguntas a 100 personas porque Stephen King es uno de los mejores escritores, obtendrás 100 contestaciones distintas, demostrando que la versatilidad del autor es una de sus mejores características. Puede hacerte reír tan fácil como aterrorizar, o reflexionar sobre la fragilidad emocional humana. Pero su mayor virtud es la habilidad para crear fascinantes personajes bien desarrollados; King nos hace conocer bien sus personas antes de cualquier cosa, y lo que sea que les pase, nos afecte.
Esa virtud es precisamente lo que separa las mejores adaptaciones de sus trabajos de las regulares o las simplemente malas; aquellos creativos sabiendo como traducir la humanidad de página a pantalla.
Salem’s Lot no es una de esas, pero cumple con el mínimo requisito de entretener por su corta duración, uno que otro susto decente, y un elenco sobresaliendo lo suficiente para que nos importe su destino.
Ben Mears (Lewis Pullman) es un escritor de poco éxito, regresando a Jerusalem’s Lot, el pueblo de su infancia, para investigar viejos misterios que escuchó cuando niño, esperando alguna inspiración para su próximo libro. Entre desapariciones, y extraños sucesos, Jerusalem’s Lot esconde mas de lo que su gente esta dispuesta a revelar, especialmente cuando comienzan nuevas desapariciones, coincidiendo con la llegada de Mears, y otro forastero llamado Richard Straker (Pilou Asbæk) que compró la casa abandonada de la familia Marston, tan repleta de tenebrosos rumores como telarañas.
El mejor horror funciona cuando se usa como representación de temas humanos. En Salem’s Lot vemos la desconfianza en lo desconocido, el prejuicio contra los que llegan de afuera, y la búsqueda de satisfacción en lo externo. Hay una razón por la cual Salem’s Lot había sido adaptada en mini-series, por lo que esta nueva versión apenas nos da una mirada a los personajes, con poco desarrollo, por lo cual sus destinos finales terminan importando poco.
A la tercera no es la vencida, queda esperar si en el futuro Salem’s Lot logra ser adaptada de la mejor forma posible, pero al menos esta versión consigue entretener, lo suficiente para justificar su existencia, quedando en la categoría de “está chévere”.
Podcastero, comediante, crítico de cine y TV miembro de la Critics Choice Association, crítico certificado en Rotten Tomatoes, y padre de gatos. Una vez cuando niño entré a un cine, y en cierta forma nunca salí.