Una frase común en la industria del entretenimiento, especialmente el cine, es que uno hace “una para ellos, una para uno mismo”. Es decir, haces una película para satisfacer tu necesidad artística, y luego otra para pagar las deudas. Pues el director Barry Jenkins debió aprovechar para comprarse casa nueva con Mufasa: The Lion King, una precuela de la adaptación fotorrealista del 2019, basada en la maravillosa cinta animada del 1994.
Mufasa: The Lion King es absolutamente mejor que The Lion King 2019 -aunque eso no sea mucho decir- con una impresionante animación dándole emoción a los animales y, sobre todo, una hermosa, colorida presentación de la sabana africana. La tradición Shakesperiana de la propiedad continua con Mufasa: The Lion King estando libremente inspirada en el Otelo del bardo, enfocándose en una historia de amistad, hermandad, y heroísmo.
Por otro lado, es dolorosamente obvio que Jenkins fue contratado específicamente para darle lustre a la producción con el nombre de un galardonado director, pues Mufasa representa muy poco del íntimo, reflexivo y humano estilo del director, sintiéndose mas bien como otra producción genérica con los mismos tiros de cámara y composición a los cuales nos han acostumbrados.
Habiendo dicho eso, Mufasa: The Lion King cumple con el básico requisito de entretener, mayormente gracias al ejemplar trabajo de su elenco de voces, nada fácil cuando te toca continuar el legado de actores como James Earl Jones (a quien le rinden tributo al principio), Chiweter Ejiofor, Alfre Woodard y Jeremy Irons. Si un elemento de este filme debe reconocerse, fue el de escoger elenco, pues Aaron Pierce como Mufasa y Kelvin Harrison Jr, como Taka (eventualmente Scar) infunden corazón a sus respectivas versiones.
La mayor sorpresa fue lo débil que resultó ser la banda sonora de Lin-Manuel Miranda, muy por debajo de sus trabajos en Moana, y en Encanto, aunque algunas canciones podrían conseguir popularidad, como “Beyond”.
Continuando con el elenco como principal fortaleza, el gran Mads Mikkelsen interpreta el villano león blanco Kiros, mientras Lennie James es el rey Obasi, representando la metáfora de xenofobia y discriminación de la historia, donde Mufasa es tratado a menos simplemente por llegar de otro lugar, eventualmente ganándose el respeto de todos, con la envidia ascendente de su hermano adoptivo.
Es imposible igualar o mejorar The Lion King 1994, pero Mufasa: The Lion King hace un intento lo suficientemente decente para que al menos resulte emocionante y divertida.
Podcastero, comediante, crítico de cine y TV miembro de la Critics Choice Association, crítico certificado en Rotten Tomatoes, y padre de gatos. Una vez cuando niño entré a un cine, y en cierta forma nunca salí.