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Crítica de Hustlers: Crimen y Castigo y Escarcha - QiiBO
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Crítica de Hustlers: Crimen y Castigo y Escarcha

“Si no lo hacemos nosotras, otras lo harán”. Me pregunto cuántas malas ideas se justificaron con ese pensamiento. Si las mujeres de este filme tuvieran un escudo oficial, esa sería su lema. Seguido por “Vamos a toa’s, se joda”.

No sabía que esperar de Hustlers, y me encontré con una historia de sobrevivencia, hermandad, amistad, relatividad moral, crimen y castigo. Y mucho, mucho brillo. Este filme escrito y dirigido por Lorene Scafaria (Nick & Norah’s Infinite Playlist) contiene pizcas aquí y allá de la energía frenética de The Wolf of Wall Street, la sensualidad de Showgirls, el cinismo de The Big Short, y el “cool factor” de Goodfellas, con el mejor trabajo de Jennifer López desde Out of Sight.

Basado en el artículo viral de Jessica Pressler en New York Magazine, y libremente basado en eventos reales, Hustlers presenta la historia de Destiny (Constance Wu, de Crazy Rich Asians, y Fresh off The Boat), una joven con un problemático pasado buscando conseguir dinero rápido, debutando en un club de desnudistas. Destiny no es tan sexy ni tan popular como las demás bailarinas pero, no puede abandonar lo que es su única fuente de ingreso. Su vida cambia cuando Ramona (López) la acoge bajo su manto para entrenarla en las técnicas que ha aprendido, no solo en el escenario sino en los cuartos oscuros y el salón principal del club.

El filme se desarrolla en un periodo entre el 2007 y el 2015, con Destiny narrando los eventos a la periodista Elizabeth (Julia Styles) en el presente. Durante ese tiempo, Ramona se convierte en su maestra, guía, amiga y prácticamente hermana. Aunque Destiny demuestra nostalgia por los tiempos girando alrededor del famoso tubo, el peso principal de la película ocurre luego del infame derrumbe económico de Estados Unidos en el 2008. Destiny se envuelve con Ramona en un esquema para drogar y robarle a hombres, con el que adquiere más dinero del que jamás soñó tener, y finalmente disfrutar del estilo de vida que siempre deseó.

En manos menos hábiles, Hustlers hubiera sido un simple filme de criminales portándose mal y viéndose bien. No es que aquí no pase pero, Scafaria dirige como una sinfonía; subiendo cuando lo necesita, y bajando el ritmo en los momentos precisos, aprovechando cada centímetro para contar su historia, sin glorificar ni demonizar sus personajes. Lo que estas loquillas hicieron estuvo definitivamente mal pero, Scafaria prefiere presentar los sucesos sin juicio, dejando eso para su audiencia. Lo logra dejándonos conocer las mujeres más allá de sus actos, y dejándonos ver las personas, sus historias y vulnerabilidades, debajo de los abrigos de piel y las costosas carteras de marca.

Esto también es una crónica sobre la hermandad que se forma entre mujeres durante tiempos difíciles, y el empoderamiento que da la búsqueda de independencia.

Otra gran razón es la inmensa química entre sus protagonistas. Constance Wu humaniza a Destiny desde el principio. Destiny representa la misma audiencia enamorándose a primera vista de Ramona. Scafaria sabe a quién tiene en sus manos con López, por lo que su debut en el filme es durante una de sus presentaciones, dominando la escena por completo, obligando todos los ojos existentes a mirarla, como una magneto humana. Todos somos Destiny mirando a Ramona como la última Coca-Cola del desierto.

Es fácil decir que López, a sus 50 años, le da cuatro patadas a cualquier otra mujer a su alrededor pero, es su personalidad en Hustlers lo que realmente la sobrepone encima de cualquier mortal. Como el Jordan Belfort de DiCaprio, Ramona no deja a nadie respirar cuando habla, envolviendo a quien quiere, como quiere, en su discurso sobre lo que hay que hacer en la vida para sobrevivir, y porque sus víctimas realmente merecen lo que les pasa. López asume el rol como esa tía super cool y alcahueta que nos da la primera cerveza (o algo más fuerte), y nos hace sentir rebeldes solamente por “janguear” con ella. Más relajada que nunca, la también cantante estira su rango como actriz al no temer presentar un lado oscuro.

Al igual que los mejores líderes de cultos, Ramona convence con sonrisas, seguridad propia, y simpáticos argumentos. En más de una ocasión tuve que agitar mi cabeza para recordar que lo que estaba viendo en pantalla estaba incorrecto. Los mejores villanos son los héroes de su historia.

Excepto que es injusto decir que Destiny, Ramona, y el resto de la pandilla son completamente “las malas de la película”. Después de todo, la mayoría de sus víctimas fueron esos ejecutivos de Wall Street cuyas inescrupulosas acciones provocaron la caída del 2008, que tantas vidas destruyó y…  ¿vieron lo que estaba pasando? El poder de Ramona.

Como siempre ocurre, las cosas salieron de control y, cuando llegó el momento de enfrentar las consecuencias, cada cual haló para su lado. El inescapable final de Hustlers ni me alegró ni me entristeció, más bien me dejó nostálgico por lo que había visto pasar por una hora y 45 minutos. Lo admito: me gustó verlas portarse mal y salirse con la suya por un rato. Nuevamente, el poder de Ramona.

Me encantó Hustlers. Divertida y traviesa, es una de las mejores películas del 2019 que he visto hasta el momento; excelentemente escrita, dirigida y actuada, estoy seguro que escucharemos de ella en la futura temporada de premios.

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