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Crítica de Cassandro - QiiBO
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Crítica de Cassandro

Es completamente normal que una película basada en “hechos de la vida real” cambie cosas por cuestión de tiempo, ritmo, efecto dramático o, como sospecho que en este caso, evitar pagar licencias o derechos de propiedad. Pero cuando la historia que nos da en pantalla queda por debajo de la verdadera, es realmente frustrante.

Aun así, Cassandro es suficientemente entretenida para justificar su existencia, especialmente por el admirable trabajo de Gael García Bernal quien eleva esta película biográfica con un trabajo orgánico, honesto, y dedicado.

García Bernal interpreta a Saúl Armendáriz, quien hizo historia al ser un luchador abiertamente gay peleando como Cassandro, logrando superar toda expectativa al ganar campeonatos, fama y popularidad con un personaje del estilo “exótico”. En la lucha libre, un personaje exótico es un hombre vestido y actuando de manera afeminada, que tradicionalmente funcionaba como forma fácil de recibir desprecio del público, consiguiendo así apoyo para el “técnico”, como se le dice a los “buenos”.

Al ser la Lucha Libre una actividad atlética coreografiada y planeada, ganar luchas y campeonatos significa que la compañía confía en ti para atraer audiencia y, por tanto, dinero. En ingles a esas personas les llaman “draw”, igual que en español diríamos “atrae gente” o “trae dinero”.

Armendáriz consiguió ser un “draw” en grandes arenas, en luchas con otros importantes nombres del deporte de las mil emociones, superando los prejuicios de su época, llegando a convertirse en “el Liberace de la Lucha Libre”.

Fanático de la Lucha Libre desde pequeño, cuando la veía con su padre, Saúl viaja todas las semanas desde su natal El Paso en Estados Unidos, hacia ciudad Juárez en México para luchar como “El Topo”, perdiendo siempre contra contrincantes más grandes, con mejor prospecto. Saúl tiene grandes sueños que se estrellan contra la realidad de su físico limitado, y un genérico personaje. El quisiera ser un exótico pero, sabe que eso significaría caer todavía más abajo en la escala.

La cosa cambia cuando conoce a Sabrina, “Lady Anarquía” (Roberta Colindrez) -un personaje inventado para la película- quien lo comienza a entrenar para mejorar tanto su presencia física como habilidad en el cuadrilátero, dándole más confianza en sí mismo, hasta que decide arriesgarse siendo Cassandro, nombre que toma de una novela (en la vida real, Saúl tomó el nombre de una trabajadora sexual, amiga cercana).

Aunque pierde su primera pelea como Cassandro, su trabajo en el ring llama la atención de Lorenzo (Joaquín Cosio), un promotor encantado con su desempeño, decidido ayudarlo a ser la estrella que ve en el futuro.

Adicional a todo eso, hay varias sub-tramas que funcionan a menor o mayor escala, la mejor siendo la relación con su madre Yocasta, maravillosamente encarnada por Perla De La Rosa, quien añade gran elemento humano en Cassandro –tanto el personaje como el filme- con una actuación genuinamente conmovedora.

Ah, también sale Bad Bunny, como por cinco minutos en toda la película, con el peor acento mexicano que jamás he escuchado. Benito hace muchas cosas buenas (incluyendo luchar), pero actuar no es una de ellas.

Es obvio que tanto el guion como la dirección de Roger Ross Williams intentan repetir el estilo de Rocky sobre un hombre subestimado por todos, luchando (literal y figurativamente) por conseguir un sueño imposible. Pero ni uno ni lo otro consigue esa altura literaria, limitado por un ritmo inconsistente, pobres diálogos y fallando en desarrollar el proceso de Saúl superando los retos de su entorno de manera genuina. La película espera que aceptemos que Cassandro consiguió el apoyo de la audiencia, sin completamente presentar porque y, aunque se nota que Garcia Bernal puso empeño en verse bien encima del ring, queda muy por debajo del trabajo del luchador en vida real.

Aun así, me gustó Cassandro, tanto por ser amante de la lucha libre, como por disfrutar el trabajo actoral de Gael Garcia Bernal y Perla De La Rosa. No será la mejor película biográfica, pero tampoco la peor, quedando firmemente en el medio de la cartelera, y esos son importantes.

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