Crítica de Bad Boys for Life: Una divertida última corrida

Cada década fílmica tiene su característica, y los 90’s fue la epitome de las comedias de acción. Quien mejor para representarlas que Bad Boys, una copia aproximada de Lethal Weapon (ochentona), que consiguió establecer su propia personalidad, mayormente gracias a la envidiable química entre Will Smith y Martin Lawrence. Sin dejar fuera el “bayhem” maniaco de Michael “Explosiones” Bay.

Por su lado, los 2010’s fueron marcados por los superhéroes, y las “legado-secuelas” (termino inventado por el crítico Matt Singer), intentos de los estudios de resucitar viejas propiedades intelectuales, fuera en cine o televisión. La mayoría un fracaso – con pocas excepciones como Mad Max: Fury Road, Star Wars, Watchmen, o Jurassic World. Los estudios ya no quieren hacer películas, quieren franquicias que exprimir por lo más tiempo posible, por lo que historias contenidas son menos, al mismo tiempo que aumentan las continuaciones o “spin-offs”.

Aunque la nueva década parece comenzar con la misma fórmula, afortunadamente fue el pie derecho porque es un gusto decirles que Bad Boys For LIfe está buenísima. Una tremenda combinación de acción, comedia, locura, con uno de los terceros actos más dementes que he visto.

En papel, Bad Boys For Life no debería funcionar tan bien como lo hace pero, los directores Adil El Arbi y Bilall Fallah no solamente encontraron la forma de mantener el espíritu caótico de las primeras dos, sino adaptarla a la sensibilidad moderna, copiando un poco de lo que ha funcionado con The Fast and the Furious, usando el tema de “familia” como motor principal.

Diecisiete años después de la última vez que los vimos, los detectives Mike Lowrey (Smith) y Marcus Burnett (Lawrence) siguen corriendo las calles de Miami a toda velocidad y con estilo. Pero las cosas han cambiado; Burnett es ahora abuelo, por lo que el retiro es una inevitable realidad, por más que Mike insista en que todavía les queda gasolina en el tanque. Pero la vida no se queda con deudas de nadie, así que cuando una misteriosa figura ataca a Mike, ambos tendrán que reevaluar su amistad y sus próximas decisiones.

Entre las muchas cosas que hace bien, Bad Boys no ignora el hecho de que ambos personajes están en sus 50’s, usándolo como gancho tanto para chistes como reflexión.

En especial Mike, quien descubre que el ataque está relacionado a uno de sus peores errores de juventud, lo cual lo lleva a enfrentar su propias ideas de cómo vive su vida.

A ello se les une Joe Pantoliano en un bienvenido regreso después de una década semi-retirado, y un nuevo grupo de policías formando un grupo especializado que, sospecho, serán los encargados de ser la próxima generación de “Chicos Malos”. Como dije, “franquicias”, no películas.

Y si, también sale el rapero Nicky Jam. Como me han preguntado tanto en las redes sociales, solo les diré que Jam interpreta un guarura más de estas películas, papel que no exige mucho así que esta… ¿ok? Aunque, una escena suya en especial hizo reír la sala completa donde la vi, y estoy 100% seguro no era la intención. Ustedes sabrán a cual me refiero cuando la vean.

Kate del Castillo interpreta la villana Isabel Aretas, y definitivamente los directores y el guion saben a quién tienen en sus manos porque los últimos 30 minutos se convierte en un alocado novelón, con la siempre Reina del Sur comiéndose sus escenas como la mejor villana de telenovelas.

De todos modos la joya principal de Bad Boys for Life siguen siendo Smith y Lawrence, rebosantes de carisma por separado pero imparables juntos, y es una pena que hayan esperado tanto para reunirse, sea en este o cualquier otro proyecto. Ambos trabajan como en sus mejores días, se nota que se gozaron hacer este filme y esa emoción se transmite de la pantalla a la audiencia.

En caso de que no vuelva a suceder, Bad Boys for Life funciona como perfecta forma de despedirse en el tope, dejando una amplia sonrisa en mi rostro.

Ride together, Die together. Bad Boys for Life. ¡Inmensamente recomendada!