A mitad de estar viendo Allied, cuando “Max Vatan” (Brad Pitt) se entera que su amada esposa “Marianne” (Marion Cotillard) pudiera ser una espía alemana, se levanta y patea una silla. Mi reacción fue “¿Por qué se molestó tanto?” “Ah cierto, porque la ama…se supone”.
Si alguna vez te has comido una cena en que todos los ingredientes te gustan pero el resultado quedó soso, ya sabes cómo me sentí cuando terminó este filme. A todas luces debería ser grandiosa; Robert Zemeckis es el director de la trilogía de Back to the Future, Who Framed Roger Rabbit?, Contact, y Forest Gump, ¡Allied debería ser magnifica! Es protagonizada por Brad Pitt, uno de los actores más cotizados, Marion Contillard, un talento que en su peor día es mejor que la mayoría de sus contemporáneas, ¡Allied debería ser la película de año!
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Podría caer en la tentación de culpar al guionista Steven Knight, pero no sería justo porque todos pusieron su grano de arena para detener Allied de cumplir con su potencial. Zemeckis se siente más atento a crear las piezas de escenario, y atmosfera (el mayor valor del filme), que a sus actores, posiblemente pensando “ellos son buenos, no me tengo que preocupar mucho”.
Pitt regresa a la Segunda Guerra Mundial por tercera vez pero, aparentemente pensando que estaba haciendo World War Z 2 como uno de los zombis. Cotillard es la única que genuinamente trata de infundirle emoción a sus escenas, haciendo el esfuerzo de no quedarse dormida recitando los diálogos.
Allied no es una mala película, más bien está…pues, “chévere”, nada del otro mundo, de esas que si la dan por televisión un domingo por la tarde, me puedo quedar viéndola tranquilo. Una forma de describirla es como Casablanca 2: Inglorious Mr. & Mrs. Smith.
El principal problema de Allied es que la única química entre sus protagonistas es el (mucho) licor que se beben. Si es verdad eso de que Cotillard y Pitt tuvieron un romance durante la filmación, debió haber sido horrible y aburrido, de que no se hablan más ni se quieren ver las caras. Ni siquiera una repentina escena erótica (y cuando digo repentina quiero decir que salió de la nada, y sin sentido) logró encender mi interés por su relación.
No todo es perdido. Los escenarios de la Casablanca colonial se ven glamorosos, las (pocas) escenas de combate son emocionantes, y el tercer acto se activa gracias a varios cambios de escenografía y dinamismo, con “Max” haciendo todo lo posible por encontrar la verdad sobre “Marianne”.
Pudo ser mucho mejor. Más atención en la historia, una duración más concisa, más énfasis en la relación de sus protagonistas que en mostrarnos qué bonito se ve todo, hubiera logrado un mayor impacto en la resolución. En la vida real, fue suficiente para dos horas olvidables, y darme ganas de buscar mejores películas de la misma era.
Podcastero, comediante, crítico de cine y TV miembro de la Critics Choice Association, crítico certificado en Rotten Tomatoes, y padre de gatos. Una vez cuando niño entré a un cine, y en cierta forma nunca salí.
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