Todos esperábamos con ansias ver Black Mass por la promesa de que -aún con peluca y lentes de contacto- veríamos a un Johnny Depp alejado de las excentricidades de sus personajes con Burton y traer a la vida a un matón de la vida real James Bulger. La historia de Bulger es interesante (aunque no única) porque era un gánster pequeño hasta que tuvo la genial idea de que puedes hacer que otros peleen tus batallas por ti. Él hizo crecer su imperio sin ningún tipo de obstáculo, basándose en uno de los valores más importantes para las personas que crecen en comunidades pequeñas y cuando alguien te salva de la salsa que te está dando un bully: lealtad.
Black Mass comienza con todos los asociados de Whitey Bulger hablando sobre cómo el notorio criminal llegó a donde estaba y esta es básicamente la narrativa de la película. Vas brincando constantemente del presente al pasado para ver como se enredó la madeja entre el FBI y Bulger. En resumen: Bulger quería crecer, pero en el norte de Boston los italianos mafiosos no lo dejaban así que decide tomar la oferta de John Connolly (Joel Edgerton) de ser un informante para el FBI bajo la ÚNICA regla de que no podía cometer asesinatos… como pedirle a un niño que no se coma las galletas que dejaron en la mesa. La idea no es la mejor recibida en el FBI, pero le dan cuerda para ver si esta alianza puede ayudarlos a acabar con la mafia italiana. El problema es que John no pudo ver más allá de los italianos y su lealtad y al final tenía el agua en las narices. Algo que me recuerda a Harvey Dent en The Dark Knight: “Either you die a hero or you live long enough to see yourself become the villain”.
Scott Cooper dirige esta película muy a su estilo (es también director de Out of the Furnace) y resulta siendo muy efectiva. No estarán viendo The Godfather, pero Black Mass tiene la oscuridad y la intriga para llamar la atención del público y capturarla.
Ahora, a lo que vinimos, las actuaciones. Si bien pienses que Black Mass tiene fallas, una de ellas no es su elenco. Como dije al principio, le queda algo a Johnny Depp. Frío, calculador y bastante amenazante como Whitey, pero aun así no es el protagonista. Ese honor se lo lleva Joel Edgerton como John Connolly. La manera en que este personaje se desarrolla y sus complejidades son excelentes. De principiante con hambre de crecer que idolatra a Bulger llega a convertirse en el otro lado de la moneda. Mientras uno tenía que cometer sus crímenes en la “oscuridad” y manejaba sus asuntos con frialdad, John era un perro guardián que cometía sus crímenes a la luz del día y abusando del sistema. Un zorro con las palabras que podía venderle hielo a un esquimal mientras que Bulger solo mediaba palabras justo antes de pegarte un tiro. Benedict Cumberbatch también tiene un excelente papel como Billy Bulger y es chévere verlo también fuera de sus roles más “clean” como Sherlock y Alan Turing.
Les recomiendo Black Mass porque es una película buena con unas actuaciones que están por encima. No se la pierdan.
Fanática del cine, fashion y Real Madrid. Amiga de merengues y 2 o 3 culés que se han colado. Se ríe bien duro, ha ganado múltiples galardones en Rock Band, odia hablar de ella en tercera persona y hacer biografías.
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