Celda 211: ¿Qué harías tú?

¿Qué nos mantiene cuerdos? ¿Qué nos diferencia de los matones y criminales de la vida? ¿Hasta donde llegaríamos para sobrevivir? Celda 211, una película española dirigida por Daniel Monzón y protagonizada por Luis Tosar y Alberto Ammann, explora de una manera muy interesante e inesperada la respuestas a estas preguntas.

Celda 211 comienza con Juan Oliver (Ammann) un nuevo guardia de seguridad en una prisión española de máxima seguridad que va un día antes del que se supone que empiece a trabajar para familiarizarse con su ambiente. El problema es que ese mismo día hay un motín en la prisión y para mala suerte él queda encerrado junto a los presos. Allí se da cuenta que la única manera de sobrevivir es fingiendo ser el nuevo confinado de la celda 211 y ganarse la confianza del cabecilla y jefe del tumulto “Malamadre” (Tosar).

Alberto Ammann y Luis Tosar son excelentes. Claro, también les ayuda que tienen un libreto bastante redondo y bien pensado. La dirección de Monzón también es muy buena y mantiene un buen ritmo tejiendo la historia entre lo que está pasando en el “presente” y cortes con el “pasado” en los que podemos ver más de Juan y su esposa Elena. Me dio un poco de trabajo al principio entender el diálogo por los acentos y regionalismos, pero no es grave. Luego de un rato todo se entiende bien.

Si vemos la producción desde un punto de vista social, vemos que hay muchos temas que preferimos ignorar porque nos hacen sentir incómodos. Por ejemplo, parte de la razón para el tumulto es que estos presos quieren una mejor condición de vida en la prisión. Si vamos a ver, las personas que están presas están aisladas del resto de la sociedad porque violaron los derechos de alguien. Luego de que están allí a muy pocas personas les interesa como los traten o lo que pase allá adentro. Por otro lado, se tocan los temas de la lealtad, el abuso y la manipulación de información tanto entre los buenos como los malos. Realmente escoger a quien irle en esta película es difícil.

Le advierto que esto no es una película de Hollywood, por lo que puede que le deje un mal sabor. No porque sea mala, al contrario, es excelente. Lo digo porque estamos acostumbrados a que en algún momento el ídolo de acción del mes entra y patea el trasero de todo el mundo, el bien triunfa sobre el mal y todo queda resuelto. Celda 211 es una película realista en todo (claro, no en TODO, finalmente es una película), pero sí tiene un norte y no se aparta de él. El director y libretista tienen un punto de vista que no están dispuestos a sacrificar. Te ofrecen mucho más que un final feliz, te ofrecen una experiencia que te choca y te hace pensar.

Celda 211 arrasó con los premios Goya y no debes dejar pasar la oportunidad de ver una película tan buena como esta. Estará en sala finalmente y luego de una larguísima espera desde hoy en Fine Arts Café.