Black Swan comienza con un prólogo que habla algo importante del resto de la historia y una advertencia a la audiencia. Nuestra mente es un terreno de pasiones y deseos que bailan con nosotros hasta que nos volvemos sus esclavos. Darren Aronofsky ha hecho una película en la que la vida imita al arte de una manera tan magistral que es sorprendente cuanto juega con tus emociones y pensamientos mientras vas viendo la película.
Vincent Cassel interpreta al director de una compañía de baile que para su primera entrega de la temporada hará una readaptación más cruda y realista del clásico del ballet The Swan Lake. Para el papel principal de Queen Swan (White Swan/Black Swan) escoge a Nina (Natalie Portman) dejando fuera a quien fue su bailarina principal por años, Beth (Wynona Ryder). Justo como la mitad de su personaje, the White Swan, Nina es una niña delicada e inocente que vive con una madre sobre protectora en un pequeño apartamento en la ciudad de Nueva York y vive dedicada a su arte. Tanto así que es bulímica, tiene algo de OCD y unos pies cansados y lacerados, pero no tanto como su mente. Como un traslado desde San Francisco llega Lily (Mila Kunis) una bailarina con menos técnica que Nina, pero con la pasión que se requiere para la parte del Black Swan. Obviamente Nina la ve de inmediato como una rival y aquí empieza el espiral en el que Aronofsky lleva a su público y a sus personajes. Es un caso de la vida imitando al arte de una manera muy bizarra.
Con un excelente manejo de una hand-held y una interpretación maravillosa (Se rumora nominación de Oscar para Portman) entramos a lo más profundo de la psiquis de una persona que ha dedicado su vida sólo a una cosa. La presentación de los personajes es excelente. Como White Swan, Natalie siempre está vestida de colores claros con el cuerpo de una niña de 12 años malnutrida. Vive en una habitación llena de peluches con una cajita de música que la ayuda a dormir todas las noches. Tiene una voz suave melodiosa y débil. Mila como Black Swan, siempre viste de colores oscuros, tiene tatuajes, una larga cabellera oscura habla malo y tiene vicios. Es esta atención a los detalles lo que enriquece una historia ya compleja y a la vez le da un punto de referencia a nosotros el público. La película está llena de otros simbolismos súper interesantes que tendrán que ver.
Darren Aronofsky ha logrado revivir su carrera con The Wrestler y la cementará con Black Swan. Él logra conectar con el público de una manera muy poderosa al transmitir raw emotions sin ningún tipo de censura. Tanto es así, que a pesar de que Black Swan tiene varios clichés consabidos en la trama, no molestan en lo absoluto porque él les ha dado una vuelta que logra que le sirvan completamente al punto de vista de la historia.
Esta si es una película que debes ver dos veces, es espectacular con una cinematografía hermosa. Las actuaciones son estelares al igual que la escenografía y vestuarios. Todo eso más la dirección y el ojo para contar historias que tiene Aronofsky se combinan para hacer no una película sobre ballet, sino un ballet sobre la vida misma que será nominada al Oscar de seguro y ya tiene mi voto.
Black Swan estrena en Puerto Rico mañana, 9 de diciembre, en Fine Arts. Si quieren ver más de esta excelente película, les dejo con el QiiBO Fiirst Look que preparó Xaviier.
Fanática del cine, fashion y Real Madrid. Amiga de merengues y 2 o 3 culés que se han colado. Se ríe bien duro, ha ganado múltiples galardones en Rock Band, odia hablar de ella en tercera persona y hacer biografías.
Comments are closed here.