En el verano se esperan mucho estrenos por muchas razones y Before Midnight es para los fanáticos de esta serie lo que es Man of Steel para los de Superman. La muy anticipada última parte de la trilogía de Richard Linklater, Ethan Hawke y Julie Delpy rompe con el estereotipo de que las secuelas son malas al entregarnos el cierre perfecto al romance que comenzó en un tren camino a Vienna.
En Before Midnight nos encontramos con Celine y Jesse 20 años después de Before Sunrise. Ya no hay tren o avión o encuentro que marque un tiempo definitivo, ya lo que hay es la vida en pareja, una rutina. La pareja tuvo un par de gemelas con las que están de vacaciones en Grecia. Jesse está separado de su hijo casi adolescente quien lo visita desde Chicago en las vacaciones y empieza a preguntarse si perderse estas etapas en la vida de su hijo es lo mejor. Celine se debate entre su rol como mujer, esposa, madre y profesional con su acostumbrada complejidad. Estos temas son las líneas que le dan pie a una cinta totalmente dialógica que explora lo más profundo de las relaciones humanas en relación al amor. El tercer acto de Before Midnight le pone un espejo al amor romántico en el que debe reconocer todas sus fallas, debilidades y hasta su posible inexistencia de una manera magistral, o sea ¿quién se baja de un tren a seguir un extraño?
Como es la norma en esta trilogía, de las mejores cosas que tiene Before Midnight es el diálogo del que Ethan Hawke y Julie Delpy son co-autores. Esto logra que las líneas fluyen con naturalidad en esta larga conversación que sería insoportable de una otra manera. Hawke y Deply tienen una química tan natural que no parecería que actúan, más bien da la idea de que esta pareja grabó sus vacaciones y nos están enseñando el video aunque este incluya momentos incómodos, porque esa es la realidad de una relación.
Before Midnight tampoco necesita “twists and turns” dentro de su trama. Tantas cosas pasan solo con darle una mirada más profunda al día a día que los une que es impresionante, no hay nada forzado. Además, la gente constantemente cambia, Celine y Jesse son y no son las personas que se conocieron hace 20 años. Ya esa visión de uno y el otro ha cambiado, se ha fragmentado, se ha herido, pero finalmente, mientras ellos puedan hablar siempre habrá una luz que alumbra el túnel.
Quedé enamorada de la naturalidad de esta película que para mí, y muchos de los que la vimos esa noche, es la mejor del año. Vayan a ver Before Midnight desde hoy en Fine Arts en Puerto Rico. ¡No se la pierdan!
Fanática del cine, fashion y Real Madrid. Amiga de merengues y 2 o 3 culés que se han colado. Se ríe bien duro, ha ganado múltiples galardones en Rock Band, odia hablar de ella en tercera persona y hacer biografías.
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Nice! estoy loco por verla a ver cómo termina todo.