Amour: Amor a lo Haneke

Cuando uno se encuentra con una película que se llama Amour, sin saber quien la dirige, podrías ir al cine esperando una historia que te eleve. Después de todo, qué cosa es insuperable para el amor en el cine que nos tiene acostumbrados a un amor rosa con finales felices. Ahora, cuando te enteras de que la película Amour es dirigida por Michael Haneke, tu perspectiva cambia por completo (¿han visto Funny Games?).

Haneke no es conocido por andarse de paños tibios con temas fuertes y Amour no es una excepción y no debe serlo porque el amor que nos presenta es crudo y real. Georges y Anne (Jean-Luis Trintignant y Emmanuelle Riva) son una pareja ya mayor, amantes de la música clásica que viven una vida tranquila y feliz en París. De momento, la salud de Anne empieza a decaer dramáticamente y sin remedio poniendo a prueba aquello de “en la salud y en la enfermedad”.

Amour no es una película ligera, de hecho es bastante desgarradora. Te pone a pensar acerca de qué significa el amor, sus límites y si seguimos amando a alguien que ya no es quien solía a ser. ¿Cuando el amor se convierte en una carga? Para temas tan pesados Haneke no pudo encontrar mejores actores que Jean-Louis y Emmanuelle quienes llevan un libreto con pocos personajes, pero mucha resonancia. Mucha de la historia sucede en el apartamento de la pareja, pero Haneke logra que esto no sea aburrido sino que nos permite entrar en la intimidad de este matrimonio y hasta cierto punto te hace sentir tan atrapado como ellos. La conexión psicológica se da desde la primera toma donde vemos a la pareja protagonista entre un público asistiendo a un concierto. Esa sensación inicial de “peeping tom” sigue corriendo durante todo este excelente filme.

Excepcional, sublime y con duros golpes, Amour es tan cruda, triste, maravillosa y perfecta como el sentimiento que le da título. No se la pueden perder.