La Fanaticada fue la estrella de WWE Backlash - QiiBO QiiBO

La Fanaticada fue la estrella de WWE Backlash

Estoy escribiendo sin voz pero feliz. Me siento como si hubiera corrido caminado un maratón, y más o menos eso fueron las mejores tres horas que he pasado en bastante tiempo con Backlash, el primer evento Premium en vivo de la WWE en Puerto Rico hace unos 18 años.

No necesitan leer esto para saber lo que el mundo entero aprendió ayer: A Puerto Rico le encanta la lucha libre y lo demostramos a toda voz. La emoción salía por los poros, en cada grito, ovación, abucheo y coreo de canción de entrada.

Nuevamente, no lo digo yo, con ir a las redes sociales donde en cada foro y sección de comentarios de contenido WWE el tema constante es la energía boricua elevando la experiencia. Como decimos aquí, “¡nos quedamos con el canto!”

La experiencia entrando al Coliseo fue mucho mejor la segunda noche, los boricuas aprendieron rápido la lección de que el evento empieza a la hora que dice la taquilla, contrario al 99% de cualquier otra actividad y ya las cinco de la tarde estaban esperando entrar, por lo que las filas se movieron mucho más rápido y eficiente, felicitaciones a los trabajadores del coliseo que demostraron de lo que están hechos.

No me pregunten, no tengo idea porque la gente abucheo a Bianca, apoyando completamente a Iyo Sky. Quizás porque reconocemos lo buena luchadora que es desde sus tiempos en Japón, pero mi sospecha es que a los puertorriqueños les encanta el anime entre otras cosas de la cultura japonesa, y anoche descubrimos cuan mezclados están los “Otakus” con los “luchanaticos”. O quizás porque nos gusta apoyar los “underdogs” que no reciben el crédito o las oportunidades que merecen. O sencillamente nos levantamos ayer con ganas de joder.

Ya corié el tema de Nakamura y Seth Rollins, falta “Judas in My Mind” de Chris Jericho.

Hasta el día del evento, me preguntaba si la fanaticada apoyaría a Zelina o se irían con Rhea Riplay, quien actualmente es una de las estrellas más aclamadas aun siendo ruda. Pensé que Dominik saldría con “Mami Rhea” para ayudar mantener el calentón pero, WWE sacó el arma secreta: La bandera puertorriqueña.

Si, fue un recurso barato pero caímos como guanábana viendo a Zelina vestida con los colores, y envuelta en la mono-estrellada. Y cuando la vimos en la pantalla gigante, llorando emocionada por la ovación, olvídate, estábamos completos en la palma de su mano. Sin quitarle el crédito a Rhea, que trabajó completamente ruda, sin reaccionar al coro de “¡Mami!” que se formó en una o dos ocasiones. Fue una buena lucha con un final esperado, si algo repentino, que no detuvo el apoyo hacia Zelina, recibiendo estruendoso aplauso al final.

La chancla ya es arma oficial en la WWE, espero verla en el próximo videojuego. Solo le faltó que tuviera “puerto Rico” escrita.

Pueden decir lo que les salga del esfínter sobre Bad Bunny o su música (que yo no escucho), pero el muchacho ama y respeta el negocio. Y parte crucial de su carrera ha sido presentar tributos a todo aquello que lo construyó como persona y artista, incluyendo la lucha libre. Anoche fue su opera prima.

Su primera buena idea fue cambiar el tema de entrada y la evidencia fue un estadio de 17,000 personas coreando “¡chambea, hala!”. Benito parece haber querido meter todas las referencias posibles al deporte de las mil emociones; desde el carro de compras lleno de New Jack, la ferretería ambulante de Hugo Savinovich, las cadenas de Hércules Ayala y, por supuesto, el palo kendo de Tío Savio Vega.

Contaron una historia. Damian Priest era demasiado para Bad Bunny. El cantante intentaba todo lo que podría pero el luchador a tiempo completo dominaba por completo, hasta jugando con el nene este que quiere meterse donde no le corresponde. Benito demostró su respeto por la industria, vendiendo a Damian como un monstruo casi invencible. Eso no pasa casi nunca. Lo tradicional es que las celebridades lleguen (casi siempre promocionando algún proyecto) a dominar el luchador –véase Johnny Knoxville contra Sami Zayn en Wrestlemania. Pero Benito vino hacer el trabajo, que hasta cogió una suplex modificada en una mesa.

No fue hasta que Damian cometió un error lastimándose una pierna que Benito tuvo oportunidad de brillar con varias movidas como Tornado DDT, un brinco hacia fuera del ring y la legendaria figura cuatro.

He ido a conciertos, he ido a otras carteleras de lucha libre y boxeo, pero nunca jamás he escuchado un grito de emoción tan fuerte que literalmente me repicaron los oídos, como cuando Carlito Caribbean Cool entró al ring. Y cuando entró Tio Savio Vega, como bien decimos: “¡Aquello se quería CAER!”.

Fue el Avengers: Endgame de los puertorriqueños.

Benito con la bandera azul celeste, en los hombros de la LWO, con Savio, Carlito, y Rey Misterio en el ring debió ser el final de Backlash. En términos de la historia completa corriendo ahora mismo, entiendo porque Cody vs Brock fue el evento estelar pero, esa fue la imagen del evento.

No puedo olvidar darle crédito a Damian Priest. El también es puertorriqueño. A el también le hubiera gustado entrar como héroe ovacionado por su pueblo. Pero como profesional absoluto que es, hizo el trabajo, metió mano e hizo ver a Bad Bunny como estrella. Ojalá la próxima vez que venga WWE (que no sean otros 18 años) sea como técnico para darle el respeto que completamente merece. Gracias Damian Priest.

Después de Bunny vs Damian, estaba fundi’o. Pero no esperamos 18 años para rendirnos faltando dos luchas. Sami y K.O. tuvieron su momento de gloria con el público y la victoria del Bloodline asegura la continuación del mejor ángulo que ha contado la WWE en bastante tiempo.

Brock contra Lesnar fue corta y al punto con el final adecuado, donde Cody sigue “ganado” su posición en camino a “terminar su historia” pero, manteniendo a Lesnar como la Bestia dominante.

Fuera del aire, Brock recibió una ovación de pie del público que lo sacó de personaje con una sonrisa de oreja a oreja.

Y después de eso, no nos queríamos ir. La anunciadora tuvo que salir a darnos las gracias y las buenas noches, porque hasta los técnicos que desmontaron el ring le dieron una ovación.

Desde que tengo memoria, la lucha libre ha sido despreciada por muchos. Pero este fin de semana demostramos que, te guste o no te guste, es parte integral de nuestra cultura. Puerto Rico es lucha libre, no solo por las muchas estrellas que han salido de este archipiélago, si no por lo grabado que están partes de ella, desde “bregando Chicky Starr” hasta el “¡A mi manera o pa’ la Calle!”

Anoche probamos que la fanaticada boricua es la más caliente y subimos la vara hasta “home” de la energía que debe traer un público en una cartelera. Que el mundo entero aprenda a decir “¡FUA!”

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