Reseña: Nacidas para sufrir… y reírse algo.

Las solteronas son figuras enigmáticas de la vida y del cine también. Usualmente estas mujeres sienten que el mundo tiene una deudas con ellas porque no pudieron construir sus vidas ya que les tocó “sacrificarse’ por hijos, sobrinos, padres, por que el parejo ideal nunca llegó, entre otras. El resultado es un poder de manipulación que van perfeccionando con los años y que saben sacar en cualquier situación de un plumazo.

Nacidas para Sufrir se forma alrededor de la vida de no una, sino tres solteronas, cada una muy distinta a la otra. Flora siempre ha tenido que sacrificarse por los demás y ahora ha llegado a su vejez y quiere asegurarse de que alguien se “quedará” con ella. Ahí entra solterona número dos, Purita. Una muchacha que ya le pasaron sus mejores años sin nada de gracia ni hombre que la corteje. Purita está bastante desconectada de la noción de que se está quedando sin nadie y no le importa. Solterona número tres es una de las sobrinas que Flora crió que se convirtió en monja inspirada en los sacrificios de su tía. La relación entre Purita y Flora se desarrolla de una manera muy cómica y a la vez sentimental que nos deja entrever que como humanos somos seres gregarios y la soledad nunca nos sienta bien.

Miguel Albaladejo dirige actuaciones estelares de Petra Martínez [Flora] y Adriana Ozores [Purita] mientras se mueve por las situaciones que enfrentan las personas al llegar a la vejez como los celos y la necesidad de la familia, amor y lo conocido de una manera cómica mezclada con algo de drama.

Esta drama/comedia tiene algo de humor negro también. Lo digo porque al final sales del cine empezando a considerar que el título de la película fue una manipulación también. Nacidas para Sufrir está desde hoy en cartelera en Fine Arts Café [Puerto Rico].