Creo que perdí la cuenta de cuantas veces grité “¡anda pa’l cara!”, lo mucho que me reí y cuantas veces pensé “¡Esta gente está loca!”. Y eso con solamente los primeros catorce minutos del primer episodio. En su tercera temporada, The Boys sigue siendo ofensiva, depravada, obscena y ridículamente violenta. Me encantó de principio a fin.
La más importante advertencia que debo darles es para los lectores de los comics: la historia se aleja más que nunca de las escritas por Garth Ennis, tanto en las tramas como personajes y sus orígenes. Obviamente es algo subjetivo pero, la versión que nos da esta desquiciada serie es tan buena como en las páginas, quizás mejor porque se ajustan al medio de televisión. El creador y manejador del programa, Eric Kripke, aprovecha este mundo para burlarse de todos por igual, sin importar espectro político; desde la propaganda mediática, hasta las estupideces de celebridades, y la hipocresía de corporaciones y líderes políticos. Cada episodio es un festín de giros, sorpresas, e intriga que me tuvo pegado sin piedad, desde la primera secuencia – con una genial y fantástica participación especial.
Ha pasado un año desde la última vez que vimos Los Chicos, luego de revelar a Stormfront (Aya Cash) como una Nazi original. Homelander (Anthony Starr) se ha mantenido tan tranquilo como posible, obligado por la amenaza de soltar el video donde causa la muerte de pasajeros del avión que rechazó salvar. Hughie (Jack Quaid) ahora es el segundo al mando del Buró Federal de Súper Personas, debajo de la congresista Victoria Newman (Claudia Doumit), quien continúa ocultando sus poderes para explotar cabezas. Los Chicos ahora son agentes oficiales de ese departamento, con Billy Butcher (Karl Urban) cumpliendo su promesa de cuidar a Ryan (Cameron Crovetti), manteniéndose sobrio y obediente.
Pero la frágil paz rápidamente tambalea cuando Annie January, alias Starlight (Erin Moriarty), se convierte en la héroe más popular, incomodando el narcisista de Homelander. La tregua no parece que durará mucho tiempo, por lo que Butcher y el equipo –con un sorpresivo aliado- tendrán que aligerar el paso para conseguir su verdadero propósito: encontrar la manera de acabar con Homelander. La ayuda incluye acceso a una formula experimental de Compuesto V, otorgando poderes por 24 horas. Una pista los lleva a investigar la muerte de Soldier Boy (Jensen Ackles), una versión de Capitán América fallecido en 1984 durante una operación en Nicaragua. La lógica es que lo que haya neutralizado el anterior héroe más poderoso del mundo, podría hacer lo mismo con el actual.
Hay muchas historias sobre mundos donde los superhéroes resultan ser basuras de personas (la mejor siendo Watchmen, por supuesto), con The Boys destacándose por ser una brillante sátira social abarcando varios temas. En esta ocasión el punto mayor son los medios de comunicación siendo usados para distintas agendas, con las redes sociales contribuyendo a la excesiva polarización de asuntos, dándole espacio a discursos extremistas para alcanzar sus propósitos, sin importar las consecuencias en la sociedad. La compañía ficticia Vought – de por si una amalgama de Disney, Amazon, Apple y Fox- tiene su propios comunicadores, incluyendo una obvia representación de personajes inspirados en figuras de ambos espectros ideológicos como Tucker Carlson, o Rachel Maddow.
La tercera temporada de The Boys también profundiza en los trasfondos de varios personajes, y la misma corporación Vaught, explicando las relaciones entre varios, descubriendo secretos escondidos por décadas, cambiando drásticamente la dinámica entre piezas del juego. Todo eso entrelazado con escenas de pura demencia que me hicieron retroceder varias veces porque no podía creer lo que estaba viendo. Esta temporada tiene dos de los mejores episodios de la serie completa. Y si, uno de estos es el que los lectores del comic se imaginan. No se preocupen, en eso se fueron de pecho con todo.
Quizás el único problema en The Boys es que los niveles de locura están subiendo tanto, que no sé como lo superarán en el futuro, pues eventualmente se hará demasiado increíble continuar esta historia, y sería peligroso estirar este chicle, no vaya convertirse en otra ocasión a lo The Walking Dead. Pero, eso es un problema para los creativos, de mi parte me gocé todo lo que vi con los 10 nuevos episodios y, si logran seguir mantenerla igual de buena, no me voy a quejar. ¡Inmensamente recomendada!
Podcastero, comediante, crítico de cine y TV miembro de la Critics Choice Association, crítico certificado en Rotten Tomatoes, y padre de gatos. Una vez cuando niño entré a un cine, y en cierta forma nunca salí.
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