El nuevo semestre en la Academia de las Artes Ocultas comienza exclusivamente en Netflix con la segunda temporada (o “parte”, como ellos lo llaman) de Chilling Adventures of Sabrina, la adaptación del comic homónimo de horror, y “spin-off” de Riverdale en The CW.
Más oscura, más traviesa y pícara, Sabrina regresa con el mismo ímpetu que en los primeros episodios; sirviendo como una astuta metáfora del efecto de las religiones en la sociedad y familia, junto a un mensaje de empoderamiento femenino. Sabrina Spellman (Kiernan Shipka) no vino a jugar, ella quiere su espacio y no esperará a que se lo den.
Al culminar la primera parte, Sabrina terminó firmando su nombre en “El libro de La Bestia”, aceptando entregarle devoción al “Señor Oscuro”, como llaman en ese mundo a Satán (y posiblemente en la vida real aunque tenga que competir con Voldemort…y Darth Vader… y Sauron… y… pues, prácticamente todo villano en fantasía).
La primera parte fue una historia del bien contra el mal interno en Sabrina. Sin embargo, contrario a la escena final, Sabrina no parece estar tan entregada a ese lado oscuro en la segunda temporada, sino más bien resignada a vivir en “El camino de la noche” para proteger sus amigos humanos.
Pero si ese es su mundo ahora, Sabrina está determinada a que sea lo mejor posible. Desde el primero de los cinco episodios disponibles para la prensa, la chica reta la autoridad del Alto Sacerdote, Padre Faustus Blackwood (Richard Coyle), y las tradiciones patriarcales de su aquelarre, buscando más igualdad para las brujas, mientras lidia con su nuevo interés amoroso, el enigmático Nicholas Scratch (Gavin Leatherwood).
Por su lado, su tía Zelda Spellman (Miranda Otto) busca el poder de una forma más tradicional, en una ingeniosa referencia a las mujeres usando distintas estrategias para aumentar sus influencias en sociedades restrictivas.
Al mismo tiempo, Sabrina enfrenta las consecuencias de prometer su alma al Señor Oscuro quien finalmente revela sus intenciones con la bruja, provocado un cambio en Lilith/Madam Satan/Principal Wardwell (Michelle Gomez) acerca de su posición sobre Sabrina, lo cual interpreté como una crítica a la forma en que la sociedad desplaza las mujeres después de cierta edad.
Todo eso suena a Chilling Adventures of Sabrina manejando muchos temas y sub-tramas al mismo tiempo y es correcto pero, la acción se desarrolla orgánicamente; nunca me aburrí y me quede con ganas de más, especialmente porque nos llevan a través de otras extrañas costumbres y tradiciones del mundo oscuro creado para esta serie. CAOS aprovecha los conceptos absurdos que establece, para más referencias a situaciones reales con humor y un buen toque picante.
Quienes salieron perdiendo fueron los demás personajes secundarios. Rosalind (Jaz Sinclair) y Harvey (Ross Lynch) intentan redefinir su relación sin Sabrina, mientras Susie Putnam (Lachlan Watson) enfrenta un importante cambio en su vida, historia con la que la producción aprovecha la libertad creativa que les da estar en Netflix para aumentar más la representación de minorías en pantalla. El problema es que apenas tiene tiempo en escena pues el enfoque se mantiene mayormente en Sabrina y su lucha contra los que prefieren detener el progreso manteniendo las cosas como están.
Igualmente le sucedió a Prudence (Tati Gabrielle) y sus “Hermanas Raras”, quienes quedaron rezagadas a menos participación que los primeros episodios aunque, tuvieron unos cuantos momentos de lo que tanto gustaron (mi favorito fue la “idea” de Pruence para conseguir el apellido Blackwood), y todavía mas a Hilda, que me deja con ganas de seguir viéndola explorando otro lado de sí misma.
La serie también se mueve a un tono mucho más ligero que la primera parte, que intentó manifestar el espíritu de horror psicológico como el de Rosemary’s Baby (Algo que los productores habían prometido), lo que quizás decepcioné algunos aunque, hay que recordar que esto es un programa para adolescentes y jueves adultos, quienes posiblemente prefieran algo menos pesado.
Eso no significa que se fueron completamente comedia, hubo algunos momentos que genuinamente me pusieron tenso pues CAOS tampoco se aguanta de secuencias violentas o perturbadoras, solo que nada tan fuerte como resurrección o sacrificios humanos (al menos no en los primeros cinco episodios).
La segunda parte de Chilling Adventures of Sabrina me gustó más que la primera; es divertida, con buen balance entre horror y comedia, y con nuevos misterios y retos para descifrar y derrotar. Kiernan Shipka continúa demostrando el carisma y talento que necesita para cargar esta y cualquier serie, y que fue la opción indicada para ser la Sabrina moderna. Cada episodio me dejó con ansias de seguir en ese universo, y estoy deseoso de ver cómo termina la temporada.
La segunda parte de Chilling Adventures of Sabrina estrena en Netflix el 5 de abril del 2019, ¡Embrujantemente recomendada!
Podcastero, comediante, crítico de cine y TV miembro de la Critics Choice Association, crítico certificado en Rotten Tomatoes, y padre de gatos. Una vez cuando niño entré a un cine, y en cierta forma nunca salí.
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