Que clase de peliculón. Steve McQueen regresa con Widows para demostrarque el Oscar ganado por 12 Years a Slave no fue su cúspide. Mas drama que filme de acción; no reinventa el género de atraco pero sube la barra a los que quieran entrar en el futuro. Viola Davis debe ir comprando crema para pulir sus siguientes premios.
Sin negar el elemento feminista, Widows no es sermón ni mucho menos un discurso de empoderación, sino una especie de advertencia. Los personajes están repletos de dudas, fallos, defectos y desesperación. Gente que podríamos conocer en la fila del banco sinsaber el volcán de emociones debajo; cualquiera de ellas podrías ser tú la próxima vez.
Cuando el amor de su vida, Harry (Liam Neeson), fallece durante un robo fallido, Verónica (Viola Davis, comiéndose los nenes crudos) apenas tiene tiempo para lamentarse. El dinero le pertenecía a Jamal Manning (BrianTyree Henry), un líder comunitario/criminal corriendo para concejal de su distrito. Verónica tiene solamente un mes para recuperar los millones de dólares que sequemaron en el mismo incidente. Sin dinero, amigos, ni aliados en los que pueda completamente confiar, Verónica recluta las otras dos viudas de los compañeros criminales de Harry.
El primer toque genial de Widows fue tener un guion por Gillian Flynn, escritora de las novelas y libretos de Gone Girl y Sharp Objects. Al igual que en las mencionadas, Flynn presenta personajes complicados, divagando en la línea de la moral versus lo necesario. Todas están al borde del precipicio. O lo hacen o se quedan con nada.
Tendría que hacer un ensayo solamente para describir lo impresionante de las actuaciones, así que les dejo saber como Viola Davis sigue siendo la fuerza gravitacional que hala todo hacia ella, con una Verónica destruida por dentro, tratando de mantener compostura ante de la derrota total. Sus escenas siempre dejan ganas de más (casi quisiera que esto fuera una mini-serie como la original del 1983 en Reino Unido). Igual que Clarice Starling, su fuerza es emocional, salida del intelecto y determinación a lidiar con el golpe que la vida le dio a estas alturas.
El resto del elenco logra mantenerse a su nivel, testamento del talento de McQueen como director. Michelle Rodríguez da el mejor trabajo de su carrera, mientras Colin Farrell está cómodo en su rol de Jack Mulligan, político más por herencia que convicción, sirviendo para enviar el otro mensaje social del filme; su padre Tom (Robert Duvall, tan fuerte como lo recordamos) insiste en mantener el poder dentro de un mundo que ya no representa. Por su lado, Elizabeth Debicki carga con su propio peso emocional. Toda su vida siendo esposa “trofeo”, finalmente recibe la oportunidad de hacer algo real por ella.
No puedo llamarlo “revelación” porque Daniel Kaluya (Get Out, Black Panther) nos ha dado evidencia suficiente de su talento pero su Jatemme Manning, sicario de su hermano Jamal, es probablemente uno de los personajes más escalofriantes que he visto en mucho tiempo. Kaluya se mueve con la confianza de un hombre que no necesita demostrar cuan peligroso es pues el mismo lo sabe.
Aprovechando la historia, McQueen lanza un comentario no disimulado sobre representación social y política, y la dinámica del poder entre razas, clases sociales y géneros. Astutamente, McQueen y Flynn nunca hacen a las viudas reflexionar sus vidas junto a sus fallecidos esposos antes del evento que enciende la acción. Lo hacen a propósito porque quieren que el comentario salga de la audiencia: “Ellas sabían con quien se metían”. Porque el primer reflejo es culpar la mujer. Porque seguramente no pregunten lo mismo de Harry, o Jamal o Jack ni Tom, todos criminales en su respectivas vidas.
Necesito repetir que esto es un drama, que se mueve a fuego lento hasta su caótico (en buena forma) tercer acto. Lo importante no es el robo sino las personas envueltas.
Eso no significa que la acción no exista. Cuando llega el momento, McQueen acelera, en varias secuencias que me dejaron al borde del asiento, y giros que me tumbaron la quijada al piso.
Widows es un recordatorio que el cine de acción puede ser de calidad, y que el cine de drama puede ser emocionante. Con una dirección firme, actuaciones estratosféricas e inteligente guion, es una de mis experiencias preferidas del año, y quiero verla en una sala repleta de gente reaccionando a lo que están viendo.
¡Inmensamente recomendada!
Podcastero, comediante, crítico de cine y TV miembro de la Critics Choice Association, crítico certificado en Rotten Tomatoes, y padre de gatos. Una vez cuando niño entré a un cine, y en cierta forma nunca salí.
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