De todos los mundos distópicos y pos apocalípticos que parecen oblar todas las novelas de YA, tengo que decir que hasta ahora el de Maze Runner: The Scorch Trials ha sido uno de mis favoritos. Anoche tuve la oportunidad de ver esta entrega de la serie del mismo nombre y tengo que admitir que me austé, brinqué y me emocioné.
¡Salimos del laberinto! Eso podría ser lo primero que Thomas piensa al llegar a una nueva facilidad junto a sus compañeros sobrevivientes. El corillo de Gladers es llevado a hacerse pruebas médicas y comer y ponerse como gente decente, pero todo parece ser muy bueno para ser verdad y es que estos amigos parecen haber salido de Guatemala para meterse en Guatapeor. Como bien les advierte Janson (Littlefinger!) una cosa es el laberinto y otra muy diferente es el Scorch. En esta película sabemos mucho más sobre el propósito de WCKD que como se pueden imaginar tiene unas conotaciones algo… negativas, dependiendo del cristal ético con el que se mire.
Es interesante como Maze Runner parece ser una serie de niveles para sus participantes. Mientras que el laberinto era muy contenido (level 1), el espacio de las ciudades destruidas y el desierto que constituye el Scorch es amplio y se ve hermoso (level 2). Los zombies infectados de “flare” y sus escenas no tienen nada que envidiarle a The Walking Dead, aunque estos parecen sufrir del Rage de 28 Days Later. Para ser honesta, son bastante aterradores, están llenos de odio y entiendo por que les llaman Crank por están bien crank-y. El directo Wes Ball hace excelente uso de todas las posibilidades que ofrece su ambiente para crear una película con acción y “twists” que envuelven a la audiencia. Tambˆén este espacio ofrece muchás más oportunidades para ponerse creativo con los problemas que enfrentan los jóvene Gladers que van brincando de lo que parecería de un mundo a otro en esta entrega.
El libretista T.S. Nowlin no hizo una obra maestra, pero logró incorporar algunos momentos que son difíciles de digerir dentro de la trama, pero finalmente necesarios para la película que solo por ser dirigida para un público “YA” no va a dorar la píldora.
Aquí les hago una aclaración y confieso que no he visto la primera parte de esta saga. Estaba una vez en un avión y la quise empezar a ver y no tenía audio, pero salí del cine con muchas ganas de verla para poder ver nuevamente la segunda. En fin, les digo esto para reforzar que no es imperativo ver la primera parte de Maze Runner para disfrutarse Maze Runner: The Scorch Trials a plenitud. Vaya al cine y escápese un rato a un mundo distópico ficticio que a veces puede ser menos espeluznante que el real.
Fanática del cine, fashion y Real Madrid. Amiga de merengues y 2 o 3 culés que se han colado. Se ríe bien duro, ha ganado múltiples galardones en Rock Band, odia hablar de ella en tercera persona y hacer biografías.
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