El Gobernador de todos los puertorriqueños publicó una carta el 13 de enero en El Nuevo Día sobre la UPR que todos queremos. Sin embargo, al parecer, se le olvidaron detallitos y el blog Eseotro, decidió ampliarla. Hemos puesto sus comentarios en rojo y OJO hemos reproducido el texto de manera íntegra con su lenguaje ofensivo porque de otra manera no valdría la pena.
No obstante los deplorables actos de violencia perpetrados esta semana por un pequeño grupo de estudiantes encapuchados, bueno, en realidad esta vez no estaban encapuchados y quienes iniciaron la violencia fueron los policías, pero usted no pensará que voy a decir eso, estoy plenamente convencido de que trabajando juntos y de buena fe, todos habremos de salir airosos en realidad, en estos momentos me conformo con salir, como sea, de la presente situación que aqueja a la Universidad de Puerto Rico.
Más aún, desde ahora tenemos que empezar a trabajar en la UPR que todos queremos: un centro docente de primer orden, comparable con los mejores del mundo, en lo que sí, lo sé, los profesores, empleados y estudiantes han estado trabajando desde antes de que yo fuera gobernador, pero eso a mí no me importa, ellos no votaron por mí.
Una universidad donde nuestros investigadores puedan investigar y sus descubrimientos alcancen reconocimiento mundial… como estaban haciendo siempre, solo que ahora no hay dinero para que prosperen las investigaciones. Donde nuestros profesores puedan enseñar y preparar a nuestra juventud… lo que han estado haciendo siempre, pero ahora tienen las secciones abarrotadas y si no, se las cancelamos y donde nuestros estudiantes puedan estudiar y el premio máximo de sus esfuerzos sea la libertad de poder forjar su propio futuro, libertad que tendrán cuando los dejemos salir de los cuarteles y se puedan atender las heridas.
Para ello, en los próximos días, bueno, en realidad, en las próximas semanas o meses, porque ya ha pasado un mes… nombraré una Comisión Asesora de individuos sin vínculo alguno ni pertenencia a la comunidad universitaria, pero con su carnet de militante del PNP en la mano, del mayor calibre académico, solvencia moral y peritaje gerencial para que estudien y nos presenten recomendaciones para construir, si hiciere falta desde sus cimientos, y desde sus cimientos va a tener que ser, porque es hasta sus cimientos que yo la estoy destruyendo, la UPR que todos queremos.
Si algo nos ha demostrado el presente conflicto universitario es que la UPR, como está constituida y gobernada hoy en día, no funciona o funciona pobremente. Bueno, en realidad sí funcionaba, con sus altas y sus bajas, pero desde que yo llegué, ya no funciona nada.
Tómese, por ejemplo, la bien intencionada idea de la fórmula presupuestaria. El presupuesto de la UPR se sufraga con un por ciento fijo de 9.6% del Fondo General del estado con el fin de proteger a la UPR contra posibles acciones arbitrarias del Ejecutivo o la Legislatura al asignarle el presupuesto. Eso le funciona bien a la UPR siempre y cuando los ingresos del Fondo General crezcan todos los años.
Pero, ¿qué pasó cuando los ingresos totales del gobierno empezaron a mermar durante la pasada administración como resultado del desastre económico? Pues que los fondos para la UPR, que son por fórmula fija, también bajaron. Y ¿qué pasó cuando yo excluí a la UPR de la fórmula en cuanto a los ingresos provenientes del IVU, con mi favorita, la Ley 7? Pues que se acabó de joder la cosa.
Uno hubiera esperado que administradores universitarios responsables hubiesen tomado las medidas necesarias para recortar los gastos y ajustarse los pantalones, y hubiera esperado también que no le escamotearan los ingresos como yo hice, como lo han tenido que hacer todas las familias puertorriqueñas menos la mía, que está guisando de lo lindo, aún durante la pasada “Década Perdida”… Pero no lo hicieron.
Aunque los responsables no lo quieran admitir o les moleste que se lo recordemos, la raíz de la actual crisis financiera de la UPR fue el déficit que acumuló la administración anterior al negarse a hacer los ajustes necesarios cuando su presupuesto por fórmula se redujo. Y que ante ese déficit, yo le quité los fondos que hubiera recibido si no se hubiese aprobado aquella clausulita en la Ley 7.
Ante el déficit de $3,300 millones dejado por la pasada administración, y que yo seguiré repitiendo per secula seculorum, estabilizar nuestras finanzas y reconstruir la economía de Puerto Rico ha sido tarea compartida de todo nuestro pueblo sólo que muchos han compartido la tarea perdiendo sus empleos y apretándose los cinturones y yo la comparto guisando y usando la gobernación para ver si me acomodo en el Norte con mis amigos de la ultraderecha republicana. Nuestra gente y todas las dependencias del gobierno han hecho sus recortes.
En el 2009, yo reduje el salario del Gobernador en 10%, y a los secretarios de gabinete en 5% y a más de 20,000 empleados públicos se lo reduje en un 100%. Hemos recortado los gastos del gobierno un promedio del 20% aunque los contratos con nuestros amigos como Ángel Cintrón, Pedro Figueroa, etc. se han multiplicado por mucho más que eso. Recortamos en 30% las posiciones de confianza para pasar las mismas funciones a contratados, en 15% los contratos totales del gobierno, eliminamos viajes, tarjetas de crédito y flotas de vehículos.
Sin embargo, a la Universidad le dimos más fondos. Aquí me boté… si usted se traga esto de que le di más fondos a la UPR, pero que comoquiera hay que espetarles la cuota de $800.00, usted es más imbécil que mi Secretario de Estado. El año fiscal pasado le asigné $105 millones adicionales a lo que le tocaba por fórmula a la UPR. Pero le advertí claramente al presidente anterior, García Padilla, que tenía que hacer los recortes y ajustes necesarios porque esa asignación de fondos de ARRA bajaba a $25 millones este año y luego se acabaría, pues era una partida de fondos federales no recurrentes.
Posteriormente vinieron a donde mí con un sinnúmero de propuestas para aumentarles las contribuciones al Pueblo -propuestas que el ex presidente de la Junta de Síndicos en este mismo espacio llamó “alternativas socialmente preventivas”, que en arroz y habichuelas quiere decir que querían que yo subiera los impuestos a los refrescos y a los vehículos de motor. Pues yo, sencillamente, les dije que no… que no le iba a imponer un impuesto más a nuestra gente cosa que nunca haría, excepto con la sobretasa del CRIM y que la UPR, al igual que el gobierno, tiene que hacer como la familia puertorriqueña: vivir con los ingresos que tiene o con los que no tiene, porque con tanta gente que he dejado desempleada en estos dos años, hay que ver cómo rayos se las arreglan.
Esto no es cuestión de demagógicamente y admito que en eso me siento como pez en el agua decir que la Universidad debe verse como una inversión, no como un gasto. Por supuesto que es una inversión pero por supuesto que yo la veo como un gasto, y uno que no quisiera hacer. Todos estamos de acuerdo con eso. Pero aún las inversiones hay que manejarlas responsablemente. Y los que estuvieron antes no lo hicieron.
El 81% de los gastos de la Universidad lo pagamos nosotros los contribuyentes y el gobierno federal. En promedio, la UPR le cuesta más de $700 al año a cada contribuyente en Puerto Rico por lo que olvídese de lo que dije de la dizque bien intencionada fórmula.
¿Cree usted, amigo lector, que deberíamos subirle a usted las contribuciones un poco más para dárselo a la UPR? Shhh, no me conteste, no me interesa su opinión. ¿O piensa usted que deben ser los estudiantes y sus padres, con todas las ayudas que les estamos dando, quienes aporten un poco más? Total, si de acuerdo a mi situación económica, 800 pesos es “pocket money”.
Independientemente de si usted considera que estudiar en la UPR es un derecho o un privilegio, lo que a mí me importa un bledo, fíjese que ni yo, ni mi esposita fresita, ni mis trillizos estudiaron ni estudiarían nunca en esa universidad, rodeados de tanta chusma lo cierto es que decenas de miles de jóvenes que no pueden estudiar en la Universidad del estado se fajan estudiando responsablemente y pagando tres veces más en universidades privadas lo que no tiene un carajo que ver con el tema de la UPR, la cuota, la gobernanza ni nada de lo que trata este artículo.
En el año fiscal pasado, cada estudiante recibió en promedio $4,082 en Becas Pell del gobierno federal; $1,320 para pagar la matrícula y otros $2,762 que le sobran al estudiante para otros gastos. Y esos otros gastos son, como dijo Romero Barceló, marihuana y cerveza, por supuesto.
Más aún, el Congreso aumentó las Becas Pell en $1,200 a $5,550 al año para que los estudiantes pudieran afrontar los aumentos en costos de estudios universitarios en toda la nación y, por supuesto, nosotros nos lanzamos de cabeza a quitarle ese aumento con la consabida cuota.
La actual administración universitaria ha sido bien cuidadosa en imponer la carga económica más liviana posible al estudiantado, coño, esto sí que me quedó bueno… como es el caso de la cuota especial de $400 al semestre pero que en el año 2011 se trepa a 1,200 dólares, 800 ahora y 400 en agosto.
La excusa de la cuota es sólo eso, una excusa que utilizan los que prefieren el tranque y la confrontación ¡oh!, pero esta oración podría leerse al revés… podría pensarse que los que prefieren el tranque y la confrontación usan la excusa de la cuota, la imponen para lograr lo que quieren… creo que debí revisar esto… voy a tener que pellizcarle la oreja al achichincle que me escribió este articulito. Todos los estudiantes, especialmente los de menos recursos, tienen un número de opciones para poder pagar la cuota: (1) la Beca Pell que ya le escamoteamos; (2) el programa local de becas de $30 millones adicionales que ni pa’l carajo voy a llamar aquí la “beca Rivera Schatz” y que todavía no aparece; (3) un nuevo programa de Estudio y Trabajo con $1.7 millones en fondos federales para ampliar el existente aunque es 1.7 millones se diluye en casi nada entre 50 y pico de mil estudiantes; (4) los préstamos estudiantiles garantizados por el gobierno federal aunque los estudiantes ya estaban hasta el ñú con estos préstamos, por el aumento general en el costo de la vida; y (5) un crédito de $1,000 en la planilla correspondiente a gastos universitarios.
Y como si eso no fuera suficiente, la administración de la Universidad les ha hecho posible a los estudiantes pagar la cuota semestralmente en cinco plazos de $80 cada uno. Bueno, en este semestre son de $160 cada uno… pero deja ver si el numerito 80 lo paso…
Seamos honestos, aunque en eso yo no tengo experiencia, los estudiantes tienen opciones para cubrir la cuota. Prueba de ello son los miles de estudiantes que ya se han registrado y pagado la cuota para el próximo semestre porque no les queda más remedio, si no pierden todo lo que ya han adelantado en su carrera. Confiemos que el espíritu de diálogo que hemos propiciado con los cientos de policías dialogadores que tenemos destacados rajando cabezas e impidiendo que los estudiantes se manifiesten rinda frutos y que, superada la presente situación, todos nos podamos dar pronto a la tarea de construir la UPR que queremos desde sus cimientos o, mejor dicho, desde sus cenizas.
Publicado por nuestro equipo de redacción. — QiiBO.com es una revista digital, fundada en el 2009, sobre cultura pop: tecnología, cine y temas de interés social en Puerto Rico. Aquí encontrarás las reseñas y noticias más recientes e importantes sobre tecnología, el mundo del cine y Puerto Rico. Q “doble i” B O – Speak your miind
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