Humor andaluz. Solo el Sevilla o el Betis podrían llevar en la camiseta de la final de la Supercopa publicidad de Visit Malaysia tras las dos catástrofes aéreas de este año, cuando se enfrentan a el equipo cuyo antiguo avión se estrelló hace quince días en Argelia. Sin embargo, la elástica sevillista no era más que el anuncio de dos nuevas catástrofes: el partido del Sevilla, en especial de Fazio y Beto, y el debut de James, el mejor jugador de los andaluces durante los 90 minutos de partido.
Los de Nervión fueron un chiste malo, casi tanto como la muda afición madridista que se presentó en Cardiff, no sabemos si para ir al partido o para tajarse en los locales aledaños al estadio. Con los milagros agotados la temporada pasada tras eliminar al Valencia con atraco, al Betis de milagro, y ganarle la final a un Benfica que fue superior, los pupilos de Emery sucumbieron ante un Madrid malo, pero mejor que ellos, que inauguró el marcador mediado el primer tiempo con un centro preciso de Bale para Cristiano. Di María observaba compungido desde el banquillo como su sustituto James protagonizaba la jugada más peligrosa del Sevilla, con un mal control de cabeza y centro hacia su propia área, que marró el delantero solo ante Casillas, que estrenaba titularidad este año en un partido facilón y sin apenas trabajo. Uno de esos en los que Cristiano marca. Y así lo hizo de nuevo, con la colaboración de Beto, que se tragó un disparo del portugués, y garantizándose así su puesto en la selección portuguesa a corto plazo. Al final, acabaron fundidos en un tierno abrazo, mientras Alberto Moreno lloriqueaba en el centro el campo tras dejar tirado a su equipo en la final para largarse al Liverpool sin lesionarse. Ni siquiera hicieron falta los hachazos de Alonso, de traje por una nueva estupidez, que lanzó una mirada de perdonavidas a Platiní cuando este le entregaba la medalla. Al menos no le dio en el tobillo.
Tan malo fue el Sevilla que hasta Ancelotti, que no sería entrenador del Madrid de no ser por el árbitro de la final de la champions, se atrevió a dar minutos a Isco e Illarramendi. Al final, todos celebraron, los aficionados andaluces presuntamente ebrios, los del Madrid, donde quiera que estuviesen, y el Presidente del Monaco y Jorge Mendes, por haberle clavado a Florentino a semejante pufo. Visto lo visto, visitar Malasia no habría sido una mala opción.
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