Más es más. Al menos así parecen pensar muchas veces la mayoría de los fabricantes. Muy lejos de la realidad. En el caso de Motorola con su nuevo Moto X, han decidido apartarse de la guerra sin sentido de quién tiene las mayores especificaciones y optaron por la experiencia. A pesar de que por años fueron parte de la mencionada batalla de “specs”, no lograron atrapar al usuario dejando espacio para una sola dirección, la diferenciación.
Entonces, me pregunto, ¿el ser diferente realmente te diferencia del resto?
Apple es conocida por no entrar directamente en la batalla de specs con la mayoría de sus equipos —aunque esto pareciera estar cambiando un poco— en cambio, apela a los sentimientos para atrapar a la masa. Vaya que les ha funcionado. Motorola, con su Moto X ha decidido comenzar desde cero o mejor dicho, desde sobre 500 variaciones de colores con su Moto X los cuales buscan diferentes rincones entre la masa.
Para los gustos los colores
¿Gris, azul, verde, rosa, blanco y negro o solo negro? ¿Botones que hagan juego con la parte trasera del Moto X o no? ¿Con mensaje en la parte de atrás o no? Las opciones para hacer al Moto X una parte de ti son muchas. Muchísimas. Y es que el X cuenta con sobre 500 variaciones. Vamos hacer francos, va a ser muy difícil no encontrar uno que nos agrade.
Moto Maker es la herramienta online con la cual podemos personalizar nuestro equipo (aunque solo funcionará en Estados Unidos y, por ahora, solo exclusiva para AT&T.) Entre las opciones encontramos la parte trasera en muchísimos colores o simulando distintas maderas, la parte frontal puede ser blanca o negra, podemos escoger entre siete colores para los botones y la cámara principal y si con esto fuera poco, podemos escribirle un mensaje en la parte de atrás. Mi única queja en esta área es, ¿por qué solo para Estados Unidos? Al menos, sería bueno poder escoger entre algunos colores para que así la personalización sea completa en cualquier mercado, no solo US.
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Un por qué en cada detalle
Las especificaciones internas de este teléfono quedan en un segundo plano. Como dije en su momento, no hay nada que nos sorprenda y no hay nada que desilusione. El Moto X va bastante fluido y en tareas básicas como abrir y cambiar entre aplicaciones iba realmente bien. De igual forma al tirar fotos, grabar un vídeo o navegar el Internet. Pero sobre esto abundaremos en una futura reseña.
En un aparte con Jim Wicks, VP de diseño en Motorola, nos comentaba sobre el trabajo invertido para poder escoger los materiales adecuados, el tamaño de pantalla perfecto —según Wicks 4.7″ es el “sweet spot”— y el diseño final del teléfono para que se sintiera cómodo en mano a pesar de tener una pantalla no muy pequeña. Todo esto para que el Moto X funcione por igual para cada usuario.
En el Moto X, cada parte del teléfono parece tener su razón de ser, en lugar de ser un simple adorno o un defecto. Por ejemplo, el equipo de diseño de Motorola debatía entre una pantalla de 720p y no una de 1080p. Para muchos esto pudiera ser negativo, sin embargo Wicks nos comentaba que al hacer sus investigaciones encontraron que muchos usuarios no podían diferenciar entre ambas resoluciones y al decidirse por 720p también obtendrían una mejor vida de la batería. La pantalla escogida lo fue una AMOLED (RGB), la cual les permitió algunos trucos adicionales como el bautizado como Active Display. Rick Osterloh, responsable de la gestión global de producto para Motorola Mobility, nos explicaba que el usuario promedio tiende a encender y apagar su teléfono para verificarlo unas 60 veces al día. De aquí nace, esta mencionada función que enciende solamente algunos pixeles en la pantalla para poder echarle un vistazo a las notificaciones y eventos que ocurren en el teléfono sin tener que prenderla del todo. Más interesante aún, para ver las notificaciones, solo tendremos que levantar nuestro teléfono (cuando esté bocaabajo) y el Active Display se encenderá sin tener que apretar botón alguno. Adicional, al tocar en cualquier punto de la pantalla, activaremos la aplicación correspondiente sin necesidad de desbloquear el teléfono.
Otro detalle en su diseño lo es la barriga que encontramos en la parte trasera del equipo. Esta está diseñada para que se acomode perfectamente en tu mano y, adicional, Wicks nos explicaba que en el espacio interno que se creaba les permitió poner una batería mayor.
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Un I.Q. de X8
Para Motorola no existen hoy día teléfonos inteligentes. Sin ir muy lejos esto es, en gran parte, por la guerra de specs de la que les hablaba al comienzo de esta entrada. Prácticamente todos los ejecutivos con los que dialogué mencionaban la palabra “experiencia”. Y creo que aquí tengo que dárselas. Cada día vemos teléfonos muy potentes y, en algunos casos, con funciones ridículas que desafían toda lógica. El Moto X aquí da un paso al frente con su conjunto de procesadores llamado X8. Este consiste, principalmente, de un procesador Snapdragon S4 Pro y dos chips de la propia Motorola, los cuales siempre están funcionando para detectar gestos y nuestra voz. Si traducimos esto, nos encontramos con un teléfono que busca servir al usuario con funciones más básicas e importantes en lugar de absurdas y sin sentido. Saben a qué me refiero.
Por lo general, cuando entramos a una reunión, estamos manejando un vehículo o estamos durmiendo, tenemos que colocar nuestro teléfono en el modo indicado para que no moleste. El Moto X lo hace automáticamente gracias a cuenta con un coeficiente intelectual de X8 (bromas). Si tenemos nuestro teléfono boca abajo sobre la mesa y queremos echar un vistazo rápido a ver con el Active Display si tenemos alguna llamada perdida o un mensaje tenemos que darle al botón de “power” para poder hacerlo. Esta función se realiza gracias al Contextual Computing processor del X8. Y ni hablar de poder realizar una llamada, enviar un mensaje, crear una agenda en nuestro calendario, etc. En muchos casos lograr esto requiere apretar varios botones y clics en pantalla. Al Moto X estar siempre escuchando no necesita de tener que tocarlo para realizar acciones simples como estas.
Motorola y Google, juntos pero no revueltos
Nos encontramos ante una nueva Motorola. No hay duda de esto. Gran parte de esta inyección viene de Google pero el X no es un teléfono que se sienta que fue hecho a la medida para esta última. Wicks nos comentó que Motorola estuvo trabajando en el Moto X desde antes de ser comprados por la Gran G y cuando llegó el momento se lo presentaron. Cuando vemos una compañía de teléfonos móviles que ahora pertenece a Google, lo menos que pensamos es que esta última se aprovechará del talento interno de la primera para desarrollar sus propios equipos. Quizás ocurra más adelante, pero por ahora, esto no es lo que se siente con el Moto X. Por el contrario, el nuevo teléfono de Motorola pareciera ser una analogía de la relación actual entre estas compañías, una escuchando a la otra para poder llevar una mejor experiencia.
Moto X es el comienzo de nuevas cosas para Motorola. Veremos pronto nuevos dispositivos bajo esta marca y hasta veremos en algún momento un Google Edition de él. Su única desventaja es su precio ya que $199 los relacionamos con teléfonos como: Galaxy S4, HTC One y cada nuevo iPhone que llega al mercado. Sin embargo, en el caso de los primeros dos, el precio es justificado con ‘potencia’. En el caso de Apple con su iPhone y ahora Motorola con su X, este está justificado con ‘experiencia’. Todo dependerá del tipo de usuario que seas: ¿potencia o experiencia?. En Motorola están conscientes de que en Android hay más caminos que el de los specs; el exceso de especificaciones para que tu equipo se sienta más rápido es como cuando un atleta usa esteroides. No es un rendimiento natural. No es estar optimizado. Lo mismo pasa con las funciones absurdas.
Una vez alguien me comento que para demostrar lo grande que somos es mejor escuchar primero antes de querer demostrarlo. El demostrar que somos más no siempre lo logramos teniendo más o diciendo más. A veces es bueno liberarnos de algunas cosas, puede que con menos logremos más.
Founder & Commander-in-Chiief de QiiBO.com. Tras más de una década como publicista decidí seguir mi propio camino profesional. Ahora sigo el consejo de un genio, hago el trabajo que me gusta.
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