Todo termina. Todo tiene un final. Es inevitable. Lo único modificable es para aquellos que lo afrontan en sus propios términos, cuando saben que llegó el momento de decir adiós, de darse la última gozada tirando la casa por la ventana, y eso precisamente hace el guionista y director James Gunn en Guardians of the Galaxy Vol. 3, en modo Rey Theoden: “Si este ha de ser nuestro fin, entonces quisiera que fuera tal fin, que sea digno de ser recordado.”
Guardians of the Galaxy Vol. 3 es hermosa; James Gunn se despide de la franquicia (y Marvel) con una emotiva historia dándole amor a los personajes en una aventura repleta de acción, humor y la belleza de pelear por los tuyos, sean familia de sangre o familia escogida. Salí contento, melancólico pero especialmente satisfecho, mientras me limpiaba las lágrimas.
James Gunn termina la historia que comenzó hace nueve años, permitiendo espacio para más, pero dejando cada uno de los personajes en un lugar apropiado tanto física como emocionalmente.
Es increíble pensarlo ahora, pero en el 2014 Guardians of the Galaxy se consideraba un riesgo; una propiedad virtualmente desconocida para las masa no lectoras de comics, con una criatura árbol diciendo solo tres palabras, un peludo mapache, y un Chris Pratt que, en aquel momento, solamente era conocido por interpretar un torpe alivio cómico en una comedia de situación. No creo exagerar que GoTG creo un antes y después en el Universo Cinemático de Marvel, probando que la audiencia estaba dispuesta aceptar conceptos extraños y absurdos de las páginas a pantalla grande.
El éxito fue, entre otras cosas, gracias a los personajes conectando con el público. Eran simpáticos, identificables y, a pesar de sus diferencias, compartían la característica de cada uno ser marginados en sus propios mundos. La clásica historia de perdedores, cada uno encontrando familia en los otros.
Ahora viviendo en Knowhere (una estación espacial que una vez fue la cabeza de un gigantesco ser cósmico), los Guardianes son atacados por Adam Warlock (Will Poulter), un ente supe poderoso creado por el Alto Evolucionario (Chukwudi Iwuji), con la misión de capturar a Rocket (voz en ingles de Bradley Cooper). Aunque logran derrotarlo, Rocket queda mal herido, y su única esperanza es que los Guardianes encuentren los archivos originales de su creación.
Hacía tiempo no quería darle un puño en la boca a un personaje tan vil como el Alto Evolucionario. Una versión cósmica del Doctor Moreau, decidido a crear la sociedad perfecta con criaturas perfectas, su maldad es completa, no hay ni la mínima intención de redención o explicación de sus motivos, tal como nunca debe haberla con una referencia al nazismo.
No es perfecta. La duración de dos horas y media se siente un poco durante el segundo acto, y las escenas de maltrato animal quizás sean demasiado para algunos en la audiencia, pues GoTG Vol. 3 es posiblemente la pelicula mas tétrica y violenta del Marvel Studios hasta el momento. Para los amantes del personaje, Adam Warlock probablemente será lo más difícil de disfrutar, pues su contraparte fílmica es muy lejos del cuasi dios presentado en comics.
El enfoque esta vez es la historia de Rocket, la cual vemos en recuerdos durante su aprisionamiento en lo que prácticamente es un campo de concentración de tortura y experimentación. En su desesperación por salvarlo, cada Guardián enfrenta sus propios traumas, dudas y contradicciones, llevándolos a reflexionar sobre el camino andado, y el sendero hacia el futuro. Todo envuelto en la clásica habilidad de Gunn para ponerle corazón, humor y emoción a sus historias, entre disparos, insultos, y explosiones.
Si la Fase 4 tuvo varios tropiezos, Guardians of the Galaxy Vol. 3 comienza firme la Fase 5 con pasos hacia arriba, y ya veremos si podrán mantener el rebote. ¡INMENSAMENTE RECOMENDADA!
Podcastero, comediante, crítico de cine y TV miembro de la Critics Choice Association, crítico certificado en Rotten Tomatoes, y padre de gatos. Una vez cuando niño entré a un cine, y en cierta forma nunca salí.
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