Griffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slitherin. Todas las casas de Hogwarts estuvieron presentes; la lluvia no pudo detener el amor de los fans por el mundo mágico de J.K. Rowling para ser parte de la histórica presentación. Algunos en “cosplay” completo, muchos con bufandas, varios vestidos normalmente pero en los colores de sus peores (o villanos) favoritos. El Concierto de Harry Potter y La Piedra Filosofal con la Orquesta Sinfónica, tocando la música en vivo mientras se proyectó la película, demostró una vez más el inmenso poder unificador de gran música en el cine.
El primer rugido de la audiencia no se hizo esperar tan pronto se escucharon los acordes de “Hedwig’s Theme”. Bajo la efusiva dirección de Jeffrey Schlinder, el filme comenzó a correr con la música tan bien acoplada a lo que pasaba en pantalla, que en más de una ocasión se me olvidaba que estaba viendo el primer capítulo del “Niño que sobrevivió” con las melodías del legendario John Williams en vivo.
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Sobre cualquier cosa que sea el cine, es una experiencia mejor disfrutada en compañía. Lo mejor de la velada fue disfrutar de las reacciones del público; ser parte de las risas, los aplausos, el divertido momento en que repitieron el famoso diálogo de Hermione: “Wigardium levio-SA!”, y el fuerte aplauso con gritos de admiración al nombre de John Williams cuando apareció en pantalla.
No soy experto musical pero, se cuándo algo me gusta, y cuando la gente a mi alrededor la goza igual. La noche fue una receta perfecta de la Orquesta Sinfónica en el tope de su juego, un sistema de sonido prístino, y las composiciones de Williams engalanando el coliseo, ante un público respetuoso pero deseoso de aplaudir rabiosamente, como lo demostró cuando anunciaron la intervención, y que al final se mantuvo allí hasta el último acorde de los créditos, terminando con una merecida ovación de pie.
La mayor prueba del éxito fue escuchar los asistentes conversar entre si durante la salida sobre querer ver más de este tipo de actividades. Las opciones son tantas; filmes de Star Wars, The Lord of the Rings, 2001: A Space Odyssey, que los productores y promotores deberían considerar la idea de series de concierto o festivales.
Anoche se demostró que hay público para este tipo de eventos; que asistan, los disfruten y pidan más. También vimos que hay talento pero, eso ya lo sabíamos. No hay mejor evidencia que las caras de felicidad de los presentes saliendo del coliseo, tarareando sus acordes favoritos, atrapados bajo el encanto mágico musical.
Podcastero, comediante, crítico de cine y TV miembro de la Critics Choice Association, crítico certificado en Rotten Tomatoes, y padre de gatos. Una vez cuando niño entré a un cine, y en cierta forma nunca salí.
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