Un 14 de enero falleció Karla Michelle por culpa de una bala al aire de un maldito desconsiderado. Ese día escribí esta entrada por la rabia y la tristeza que sentí. Hoy lo vuelvo a compartir para que no se olviden que Karla sigue muerta. No tengo mucha esperanza que este año sea diferente pero sí por lo menos UNA persona lo piensa antes de disparar al aire este fin de año pues espero que así sea.
14 de junio 2012:
Te hablo a ti pendejo, sí disparaste al aire, tú mataste a Karla. Si viste a esa persona disparar al aire y no dijiste nada, no hiciste nada, tú mataste a Karla. ¿Te sientes más hombre ahora? ¿Más mujer? ¿Mejor que todo el mundo? ¿Sentiste una erección? ¿Sentiste una emoción que no puedes describir porque halaste un gatillo y por un momento te creiste dueño del mundo? ¿Qué se siente ahora? ¿Ser el más odiado? ¿Que un país desee tu muerte, tu sufrimiento? Quizás te guste, te haga sentir grande, como tus héroes falsos que tanto admiras de esas películas de mafiosos cuyo mensaje es el contrario de lo que tu piensas, pero tu cerebro es muy pequeño para entender.
Escoria, basura, MIERDA. Asi grita mi pueblo cuando piensa en ti….mi pueblo…mi país, que amo tanto pero hoy me da tanto asco. Porque mañana todos vuelven a sus vidas, a sus rutinas, y hablarán de Karla, en el trabajo, en la escuela, en la fila del supermercado, en la oficina del medico y dirán todos los triste que están y lo mucho que te desprecian. Y me jode. Me jode que dirán que “dios” y su justicia te encontrarán. Me jode porque yo no creo, porque no tengo ese consuelo que algún ser imaginario te hará pagar. Porque sé que ahora Karla no es un ángel, ni está en ningún cielo, ni en las manos de nadie. Karla es un cadáver, una víctima inocente de tu asqueante desprecio por la vida, por el orden. Quizás encontrarás justicia, pero será por tu propia mano, porque esa pistola te hace sentir grande, poderoso, una vara mágica que te protege. Hasta que encuentres a uno que piense igual pero con mejor puntería y entonces, aunque nadie jamás lo sepa, se acabará esta triste historia. Me jode porque los mismos de siempre vomitarán sus promesas y serán escogidos por los que se las tragan sin pensar. ¿Lo sabes verdad? Sabes que este pueblo tiene corta memoria, que quizás en diciembre nadie se acuerde del mal día que nos diste y hagan lo mismo, lo que no resultó y aún así lo repitan.
Te pido perdón, asesino, porque te fallé. Porque yo también maté a Karla. Todos la matamos. Cuando decidimos escondernos detrás de una maldita computadora y no hacer nada, no exigir más de nosotros, más de los que se hacen llamar líderes, ordenarles mejor educación para ti, mas igualdad para ti, mas justicia para ti, una sociedad a la cual tú quisieras ser parte, de hacerla crecer, de hacerla progresar. A los mejor nadie te enseñó el valor de la vida; quizás tu padre, después de sentirse orgulloso y más macho por preñar a su hembra, decidió no asumir su responsabilidad por ti. Quizás tu madre escogió imitar a la suya y dejar que la calle te criara, el grupo de la esquina, la televisión de la sala. O tal vez tus padres te lo dieron todo: la ropa que te hacen sentir especial, el carro que te gusta modelar, el celular ese tan moderno que te gusta presumir. Todo menos cuanto vale esa vida que tú robaste.
Te odio, solo un poco más de lo que me odio a mi mismo por no actuar, por no luchar. Mataste a Karla… Karla, que para siempre se convierta en símbolo de un cambio. Pero un cambio que venga rápido.
[highlight color=’#ca6c38′ text-color=’#ffffff’] Foto [/highlight][highlight color=’#aaa’ text-color=’#ffffff’] Alkapon [/highlight]
Podcastero, comediante, crítico de cine y TV miembro de la Critics Choice Association, crítico certificado en Rotten Tomatoes, y padre de gatos. Una vez cuando niño entré a un cine, y en cierta forma nunca salí.
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