Columna: Un muerto coming soon

Muertos como trofeo. Muertos celebrados. Muertos cargados en la espalda mientras pareciera que se posa para una foto.

Es que ni los muertos se salvan del tribalismo. Pareciera que esa realidad criminal y violenta que nos arropa se vi[vi]era tras una pantalla y no nos fuera a tocar.

¿Por qué celebrar sucesos tan terribles? ¿Qué conveniente olvidar que este fracaso es de todos como sociedad? Acaso, ¿la alternancia política nos ha resuelto esta crisis social? ¡Es que no me explico tanta mezquindad y tanta falta de prudencia!

Son muertos, seres humanos con familias que se quedan para ver cómo las tribus tiran de un lado y al otro a sus muertos que al final son nuestros muertos.
Son nuestros y no de otros. Son con los que cargamos cada año en este país nuestro, ahora #IslaEstrella.

¿Dónde han estado estos 40 años, de alternancia política, esta gente que levanta bandera por Dylan y el niño vilmente maltratado en Rincón?

¿Dónde?

Ya me lo sospecho. Montados en la caravana de turno esperando por un puesto, un contrato o que algún privilegio les caiga gracias a las arcas del gobierno. Mientras que las contribuciones nuestras, de todos y todas, no llegan a la prevención, a la educación, a minimizar la brecha social para que poco a poco tengamos una sociedad más justa.

40 años engordando la deuda para intentar quedarse elección tras elección.

Un país en crisis económica y social, pero los dineros siguen hacia los amigos de la casa, como si las contribuciones les perteneciera al color de turno.

Un país en crisis y los legisladores en tirijala por no hacer sus ajustes como hacemos el resto de los ciudadanos.

Un país en crisis y los bonos de [im]productividad en las agencias eran la orden del día.

Un país en crisis y las agencias de publicidad siguen chupando de la teta nuestra y ni se enteran de la crisis.

Pero es mejor olvidar lo que han hecho tanto los rojos como los azules y usar el dolor y el horror que vivimos solo por mezquindad.

Sigan, sigan celebrando o ignorando este fracaso, este espanto que puede que pronto haya un muerto muy cerca de usted.

 

Foto principal: Matte mag