¡Ahora es! Comienza el verdadero conteo regresivo. Comienza el sudor frío a bajar por los cachetes, la guerra de colores, la interminable discusión de quién es mejor… y toda esa cosa que “aporta mucho” a un mejor Puerto Rico. Sí, de eso habló, de las elecciones generales.
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No sé ustedes, pero ya cuando falta tan poco para el 8 de noviembre, se comienza a respirar otro aire en Puerto Rico. Quizás se trata de algo que, por costumbre, nos hacen creer que cada cuatro años ese día es súper-mega importante. Talvez la esperanza de muchos recostada de una candidatura de algún amigo, pana o familiar, buscando salir del hoyo. O, el fanatismo y la demagogia que comemos todos los días disfrazada de una nueva cara que te promete un mejor porvenir. De todo eso y más, respiramos cada noviembre, cada cuatro años.
No tan solo eso, ahora es que comienzan a intensificarse las campañas de mentiras, sucias y de tirarera intensa (más que en el mundo de Papito Vázquez). Los anuncios a través de los medios que abarcan un 50% de la hora de programación local, prometiéndote traer nieve, o marihuana, la independencia y hasta se les ocurre “legalizar” el uso de fourtracks. Si mi gente, ahora es que todo comienza, a una semana del dichoso evento.
Se critican unos a los otros, y se tiran como hace unos años no lo han hecho. El color rosa de la política, se convierte en el gris politiquero del “más de lo mismo”. Y coges tapón por las caravanas, pasan por tu casa a las 10 de la noche despidiéndose (o presentándose) en un rally cuando estas durmiendo, o simplemente te llenan el carro de propaganda y banderas de los candidatos.
Todo lo hacen como si fueran a gobernar libremente, sin “recordar” que la Junta está por ahí.
Pero eso no es todo, a gran parte de los ciudadanos comienzan a olvidar algunos detalles como, los corruptos de la administración de Pedro Rosselló, las Comunidades Especiales de Sila, la clava del IVU, el cierre de gobierno de Anibal, los miles de empleados públicos despedidos por Fortuño, y hasta se les olvida quien es Anaudi Hernández. Un efecto de la efervescencia política del país, del rojo, del azul, y de los demás colores.
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Mientras, a la otra parte del pueblo les da por escuchar lo que hace cuatro años se suponen que te dijeran.
Así, es el efecto de la semana final de las campañas políticas, similar a esto tendrás mil historias.
Lo importante es que vives en un país cobijado por la democracia, donde existe el derecho al voto para escoger a los líderes políticos del país. No importa tu ideal, tu creencia política, ni lo que te enseñaron (obligaron) tus padres, tienes el derecho de votar por quien llamó tu atención. Ya sea por Rosselló, Bernier, Bernabé, Lúgaro, María de Lourdes Santiago, Cidre o por ti, lo importante es que puedes expresarte bajo conciencia.
Ahí está el dilema, no importa si te gustan las propuestas del rojo, azul, verde o de cualquiera de los otros candidatos, lo importante es que estas elecciones ejerzas tu derecho al voto, y que escojas bajo tu propia convicción. No buscando trepar a cierto candidato o buscando un bien común. El ejercicio electoral es mucho más que eso, se trata del futuro, de nuestros hijos, jóvenes, ancianos y del país.
A solo horas de las elecciones las campañas de los principales partidos se intensifican, hay más tiraera, más demagogia, más miedos y ataques, pero no es por eso que debemos escoger, sino por aquel (o aquella) que ha plasmado realmente la solución de los problemas del país, de forma que al momento que, TÚ (como pueblo), estés dentro de la caseta electoral con las papeletas, puedas votar por quien busca un mejor Puerto Rico, y no por quien quiere tener un mejor bolsillo.
En tus manos está el futuro de la Isla… y claro, en las manos de la Junta.
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