La ‘década perdida’, ‘tus valores cuentan’, ‘castigo seguro’ y ‘vamos en buen camino’, son solo algunos de los eslogan de campañas públicas.
Posiblemente en nuestro país ya hemos superado el racismo por el color de piel. Vamos, nos ha tomado unos cuantos años reconocer lo exquisito de nuestro mestizaje pero en pleno siglo 21 se ha reafirmado una nueva especie de racismo. El racismo ideológico partidista. Es un fenómeno que en Estados Unidos a raíz del surgimiento del Tea Party y su líder Sarah Palin, se ha comenzado afianzar dentro de las esferas socioeconómicas y políticas del país.
En Puerto Rico, siempre ha existido este afán de silenciar la disidencia. Basta con mirar hacia atrás y leer libros como la Mordaza de Ivonne Acosta, entre otros para comprender que en este pequeño archipiélago por pensar diferente, unos pocos han perseguido a muchos otros con igual derecho al progreso. Pero, ahora este discrimen tiene otra connotación y es el asunto de la protesta. Y no, esto no es de ahora. A principios de esta década, el Partido Popular Democrático era el partido dominante en el escenario político. Tanto fue su dominio que después de medio siglo logran colocar a la primera mujer como gobernadora. Sin embargo, a pesar de que en ese cuatrienio hubo huelgas, marchas y paros, no se dio una activa militancia de la sociedad civil. Esto se pudo deber a varios factores que no vienen a la discusión en el momento, pero ciertamente hubo silencio. Ya para 2004, comenzaban a escucharse las voces en las calles. Un grupo que llevó la voz cantante fueron los maestros. Tan grande fue su lucha que el gobierno de Aníbal Acevedo Vila, rojo y PPD, se embarcó en una batalla para silenciarlos hasta que logras su descertificación como unión. Así como lo lee, amparándose en una ley firmada por Pedro Roselló, los que ahora defienden que los obreros, los estudiantes y otros sectores tomen la calle para reclamarle cambio a Luis Fortuño, en el pasado no permitían la libre manifestación de sindicatos, les tiraban la fuerza de choque encima y los acusaban de desestabilizar el Gobierno. ¿Coincidencia? No. Cuatro años mas tarde, la historia se repite. Pero con más ahínco y vehemencia. Ahora raya en lo absurdo, en lo burdo de tratar de justificar lo injustificable.
Esta semana el País se escandalizaba por la fresita de Luz Eufemia Velá, pero se olvidaba que Albita Rivera, el llamado paladín feminista del PNP, justificaba que le agarraran un seno a una estudiante de la Universidad de Puerto Rico. ¿De qué estamos hablando? O sea, ¿que si una mujer es ultrajada, violada y asesinada se le va a preguntar de que color era o en qué partido militaba? Vamos, ahora podemos justificar agresión porque los izquierdosos, separatistas y los pelús quieren desestabilizar el País. ¿Hasta dónde hemos llegado? ¿Hasta dónde hemos permitido a los funcionarios electos de este país secuestrarnos?
Estamos en el comienzo de una nueva era, de un nuevo paradigma social en nuestra isla. Bienvenidos al nuevo racismo. No importa si eres asesinado, maltratado, agredido o atropellado: lo que importa es de que color eres. Y no de que color de piel, sino en que partido militas. Si eres azul, eres estadista, pitiyanqui, republicano etc. Si eres verde, eres independentista, separatista comunista. Si eres rojo, eres pues… eres del montón. Independientemente de lo que seas, si no militas en el partido del poder, tus derechos no valen nada.
Claro, la militancia de turbas fanáticas y la demagogia siempre van a recurrir al argumento de que mis derechos comienzan donde terminan los tuyos, pero se olvidan del sentido común. Se olvidan que en el 2012 las elecciones pueden cambiar el rumbo de este país y podrán ser ellos los que sean atropellados. Pero, mientras veamos las cosas como naturales y no llevemos la acción a la ejecución, estos malandrines políticos harán con sus peones lo que quieran.
[AUDiiO] Escuche a Albita Rivera, justificar lo injustificable. Cortesía de RadioIsla1320
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