Los otros cuponeros

Para el mes de agosto de este año, en este mismo espacio se generó un debate sobre la asistencia nutricional de parte del Estado, mejor conocida por “Cupones.”  El debate fue a partir del escrito “En defensa de los cuponeros: la solución a todos los problemas de PR” de Jay Fonseca, la respuesta de Jonathan Lebrón Ayala con “Cuponeros, ¿solución a los problemas de Puerto Rico? Por favor” y la aportación de Daniel Cerejido, desde España, con “Cupón o no cupón. He aquí la cuestión.”

Yo hoy vengo a retomar el tema, pero hablando de otros a los que considero “cuponeros.” De esos que nadie habla, pero que desangran las finanzas del país. Retomo la definición de “cuponeros” de Cerejido que afirma, “son los que reciben ‘asistencia’ gubernamental sin necesitarla” y le añado a esta cualquier tipo de asistencia.

¿Quién es esta gente? Pues, los privilegiados, los amigos, familiares, conocidos, financiadores de campañas eleccionarias de X, Y o Z partido político que accede al poder y casi instantáneamente comienzan a recibir contratos con el gobierno. Muchos argumentarán, que esta gente cobra por realizar unas labores que tienen que ser remuneradas y que además, emplean gente. Claro que sí, pero, la muestra de la calidad de estos servicios ofrecidos da mucho que decir.

Estamos en tiempos de crisis y nos dijeron que tendríamos que probar “la medicina amarga.” Pero esa medicina, ¿no era para todos? ¿No estamos sumergidos en una crisis mundial? Pues, mientras muchos de nosotros nos levantamos todos los días a trabajar por un sueldo muy poco digno, los otros “cuponeros” se llenan los bolsillos con el dinero nuestro que pagamos en las contribuciones sobre el ingreso y en el impuesto al consumo [IVU].  Dinero que pagamos [se supone] para mejorar la calidad de vida, crear empleos de calidad, mejorar el sistema de educación, erradicar la desigualdad, entre otras cosas. Pero no, lo que hacemos es mantener a los “cuponeros” de clase alta, que parecerían que no tienen nada bueno que hacer en las empresas privadas, o que sus empresas privadas no pueden conseguir otro cliente que no sea el gobierno. Resulta, además, que los contratos se vuelven un negocio redondo, porque si ganan se llevan el dinero [of course] y si pierden el gobierno [o sea nosotros] asume las pérdidas.

Entonces, el país se vuelca en contra del “jaiba”que le quita $1,000 mensuales al gobierno en algún truco, pero ve con buenos ojos, que el ex- político, el abogado tal, el doctor más cual se lleve millones en contratos en corporaciones. Me parece que están mal. Pero es mejor decirle vagos a la del dubi en el caserío, que a Edwin Mundo, por ejemplo, que lleva años viviendo del gobierno, a pesar de ya no ser un funcionario electo. Todos están mal porque eso repercute en que en personas realmente necesitadas de asistencia no la reciban y que los servicios de salud, de transporte público, de educación, de vivienda, de acueductos, de energía eléctrica sean pésimos.

Así, vemos un desfile de ex-políticos con corporaciones de consultoría que uno se pregunta cómo es posible que se consulte tanto y que los proyectos terminen siendo un desastre. Pero me molestan muchos estos otros “cuponeros” como el Sr. Miguel Cordero que salió de su retiro para “servirle” al pueblo por unos tristes $300,000 al año y cuando se le cuestionó este dato contestó con otra pregunta: ¿Por qué voy a sacrificarme yo? Me molesta que personas como Christian “Chemito” Soto el ilustre hijo del acalde de Canóvanas, José “Chemo” Soto y hermana de la legisladora Lorna Sotto “trabajara” como técnico nada más y nada menos que en la Comisión de Seguridad Pública de la Cámara de Representantes por unos $3,000 mensuales para luego ser arrestado por cargos relacionados al narcotráfico. Cómo es posible que Héctor O’Neill, alcalde de Guaynabo, tenga a sus dos hijos dirigiendo dos agencias de gobierno: Héctor “El Cano” O’Neill la Oficina de Asuntos de la Juventud y a Mike O’Neill la Autoridad Metropolitana de Autobuses. Que la hermana de la Senadora Kimmey Raschke, Kathy Rashcke, cobre unos $5,000 mensuales como Directora de Prensa y Comunicaciones. Que el ex-senador del PNP Oreste Ramos asesore por unos $12,750 mensuales o que Carlos Chardón salió de la Secretaría de Educación y se convirtió en asesor del gobernador en asuntos de educación por unos $100,000 al año y hasta ahora nadie sabe qué ha producido su trabajo para mejorar la educación del país. O casos ejemplares como los de Carlos Molina, el ExSecretario de Correción y que ahora aspira a alcalde de Arecibo y que no sabe la diferencia entre una jota [j] y una ge [g], al cual le hicieron un serrucho en diferentes agencias para seguir cobrando un sueldo, admitido por el Rep. Johnny Méndez.

De estos “cuponeros” están llenas las agencias del gobierno, pero vamos a algunas de las flamantes empresas ganadoras de jugosos contratos gubernamentales:

• Carlos Pesquera: contratos en alrededor de unos $14,872894.92
• Sergio González Quevedo [también Ex-Secretario del Departamento deTransportación y Obras Públicas ]: FFDS Management & Engineering PSC – $5,033,228
• Ángel Cintrón y Zoé Laboy: Cintron & Laboy Attorneys at Law – $954,920
• Ángel Cintrón y Zoé Laboy: Servicios Legales del Caribe – $378,750
• Edwin Mundo: KEM Consulting – $3,350,050
• Peter Muller [novio de Evelyn Vázquez]: Feria Carnaval de Puerto Rico y el Caribe – $783,000

A estos súmele los $52,000,000 ya gastados en un gasoducto que aún no ha sido aprobado.

Y si seguimos sumando, no acabamos.

Entonces, ¿quién dijo crisis?

crédiitos: foto | Bernat Casero