Puerto Rico vive actualmente, casi indiscutiblemente, lo que se conoce como una crisis. En las últimas semanas todos hemos sido testigos de sucesos tan frecuentes como preocupantes: la Policía de Puerto Rico entrando a la Universidad de Puerto Rico por primera vez en casi 30 años; una amenaza latente y aparentemente seria de un paro general por parte de todas las uniones obreras; más de 20 mil empleados gubernamentales cesanteados, uniéndose a su vez a otros tantos miles (muchos) despedidos en empresas privadas. Todas grandes cosas.
Mientras esto pasa, el Gobierno actual intenta convencer a la gente (quizás con razón, quizás no) de que la culpa de esta crisis la tienen los anteriores gobiernos (populares), que basaron su estrategia económica en mantener un crédito respetable para el país (lo que se lograba gracias a que la presencia del dólar estabilizaba la economía ante los ojos de los inversores) y en pedir préstamos, año tras año, para cuadrar el presupuesto sin tener ningún plan específico a largo plazo. Esto como es lógico, provocó que entonces año tras año y préstamo tras préstamo, Puerto Rico siguiera endeudándose hasta el punto en el que ya no le quedó suficiente crédito para pedir nada más. Sin embargo, y aunque suene absurdo, el mismo Gobierno que condena esto mismo, se empeña en intentar resolver la situación mejorando la capacidad crediticia de Puerto Rico; para lograrlo intentan cuadrar el presupuesto y reducir la deuda gubernamental mediante, entre otras pocas medidas, el despido de una gran parte sus empleados (alrededor de 40,000). De esa forma, esperan poder volver a tener buen crédito, poder pedir más préstamos y, eventualmente poder volver a endeudarnos. ¡Yes!
La pregunta que queda para uno hacerse tras ver lo visto es: entonces, cuando se arregle el crédito y se logre balancear el presupuesto, ¿de qué vivirá Puero Rico?, ¿acaso alguien ha escuchado cuál es el objetivo económico o social de Puerto Rico?, ¿de qué va a vivir?, ¿hacia dónde va (vamos)?; ¿sembraremos caña o produciremos petróleo? ¿Qué haremos?
Finalmente y viendo la efervescencia social que hay en el momento (las uniones obreras, el PPD, los estudiantes, los empleados cesanteados molestos, el pueblo en general) no queda más que preguntarse si no estamos a punto de por primera vez, ver por obligación cambios radicales en nuestro sistema político y social. ¿Será ahora el punto en la historia en que el pueblo de Puerto Rico se una y decida hacia dónde (específicamente) quiere dirigirse? Será que podrá por fin este país trazar una ruta a largo plazo más allá de esperar que simplemente, nada cambie y todo siga bien, o no tan mal. Simplemente como hasta ahora. ¿Será que por fin ahora cambiará algo?
¿Qué tú piensas? Speak your miind.
UPDATE: Vídeo no nos pararán.
Escritor y copywriter radicado en San Juan de Puerto Rico. Especialista en nada, práctico en todo. Colaborador en QiiBO y rotros medios del archipiélago. Que viva la fiesta.
2 Comments
Yo no creo que vayamos a ver cambios drásticos, claro está al gobe que no se duerma en las pajas, porque los animos están bien caldeados. Yo creo que ahora la presión que él va a tener va ser mucho más fuerte debido a que las medidas que se implementen para combatir la crisis, muy bien pueden ayudar como puede perjudicarnos más y prolongar más tiempo el problema económico que actualmente enfrentamos. Por ejemplo Todas estas personas que fueron cesantiadas, son personas que dejan de consumir y por tanto aguantan más la economía, se atrasan en los pagos de carros, casas, utilidades, etc… y por tanto el efecto es multiplicador. Ahora bien se puede pensar que esta idea venga apoyada de un ligero aumento del gasto gubernamental para fomentar la economía. Entonces hay que evaluar cuál será el ahorro neto entre los despidos y el aumento en los gastos gubernamentales. Lo que entonces nos hace preguntarnos cómo vamos a aumentar el gasto económico?
O mejor aún, de dónde se generará ese dinero para ser gastado.