Esta semana la campaña política tomó un giro carnavalesco; digno de cualquier fiestecita de fin de curso de estudiantes de cuarto grado.
¿Ustedes recuerdan sus años de infancia? Sí, aquellos días donde todo era bonito, no había preocupaciones y pues, los problemas se resolvían con una notita. Ah, ¿se acuerdan de la nota?
¿Si la temida carta de tú me quieres hacer caso o no? Marca el encasillado de sí o no.Pues así está Puerto Rico. A juzgar por las manifestaciones que hicieran las campañas de los dos partidos hegemónicos, el PPD y el PNP, debemos prepararnos para un desastre.
Estamos a 300 y pico de días para la elección, la segunda elección donde todos los candidatos han nacido, jugado y crecido en el estatus ‘único’ [según lo define Alejandro García Padilla] que creó Papá Luis Muñoz Marín y que lleva por nombre de Estado Libre Asociado.
Pero de allá para acá, ¿ha cambiado algo?
Digo, los expertos en el desarrollo del ser humano han establecido varias etapas básicas del mismo. Pues uno nace, sale de la barriga de mamá, lo amamantan, empieza a caminar, luego se empieza hacer pipi y caca encima, lo limpian y entonces, pues uno aprende a ir al baño solito. Luego uno entra a la escuela. Allí hace amiguitos, habla de los carritos, los gi joes, las barbies y el set de cocina.
Después uno entra a la edad de los nenes con los nenes y las nenas con las nenas. Allí las nenas son fo’ y los nenes solamente juegan deporte. Mientras que las chicas, ya están lookeando al nene lindo de la escuela. Luego llegamos a la tapa de los jevitos. Sí, de ir al cine, agarrarse de mano, regalar un peluche en San Valentín y darse besitos.
Hasta llegar a la adolescencia. Si extrapolamos esta teoría al mundo político, pensaríamos que a 60 años de la creación de nuestro estatus de colonia asquerosa [para eso de complacer a Fortuño y su ganga] pues estaríamos en un nivel de madurez superior. Ya hubiésemos pasado las peleas de niños donde tú dijiste y pues entonces yo digo, y pues me enchismé y ahora no te hago caso. Exacto, estaríamos, saliendo de la Escuela Superior y decidiendo a qué Universidad vamos a ir a estudiar.
Pero no. Eso no pasa en Puerto Rico. Es lamentable ver como las generaciones que van subiendo siguen replicando los estilos viejos; de peleas y estupideces para una campaña política.
El problema es que si ese fuego no tuviera la leña que le echan los fotuteros, turbas políticas y el ‘rating’, a lo mejor, solo a lo mejor se aplacaría más rápido.
La situación es que a falta de ideas; no hay debate. No se puede generar unos espacios de diálogos asertivos fuera de líneas partidistas ante poniendo los problemas del País, colonia, o territorio único. Aquí la niñería y la changuería son las que pretenden ganar esta elección. Da pena escuchar los programas de análisis, leer las entrevistas y ver los programas de TV a los candidatos sacando todos los trapos sucios que puedan hacerse.
Uno hacía eso en séptimo grado. ¿Se acuerdan? Había un chisme porque alguien dijo algo de ti, pues entonces venías y le decías a tu corrillo un secreto de tu amigo y así le dañabas la reputación y se acababa el problema. Aquellas peleas se resolvían de dos maneras; o a los puños o se rompían los corrillos. Sin embargo, la diferencia entre caerle arriba a tu contricante en aquel escenario, a hacerlo mientras buscas la gobernación de un País es que secuestras a miles de puertorriqueños que buscan dirección hacia su norte: los problemas cotidianos que aquejan al País.
La culpa es de todos. De los medios, de las turbas, de los candidatos, de los fotutos, de los analistas, etc etc etc. Pero mientras sigamos señalando y riéndole las gracias a estos changos; la cultura de la changuería será la que predomine. ¿Pero saben qué? El lloriqueo y el “ñeñe” no arreglan la criminalidad, ni la economía ni menos ponen comida en la mesa de cientos de familias boricuas que día a día se preguntan ¿ajá y qué voy a hacer?
Alejandrito y Fortuñito séquense las lágrimas y los mocos, háganle caso a su amiguito mayor; el que está en décimo grado Juancito Dalmau, dejen los ataques personalistas y pónganse a debatir las ideas.
crédiitos: Fotos | Endi | Gage Skidmore
1 Comment
Ojalá los equipos de campaña de unos y de otros leyeran y entendieran que queremos cambiar el tono de la campaña, que no pueden seguir dirigiéndola al “corazón del rollo,” al final, no solo le conviene a PR, sino a ellos porque mucha gente no siente que los partidos los representan…