Cuando los boricuas somos “Rápidos y Furiosos”

Durante la madrugada de hoy, cientos de puertorriqueños, se reunieron para dar un tributo al actor Paul Walker. Disculpen, lo explique mal. Durante una reunión de “fiebrús” como les llaman a los amantes de carros rápidos y ruidosos (¿o debería decir “furiosos”?) decidieron hacer caravana para honrar la memoria de Brian O’Connor, el ex-policía encubierto protagonista de la franquicia de películas que comenzó con The Fast and The Furious. Para él fue el tributo, para el personaje, no para el actor.

Yo entiendo perfectamente. Los actores/cantantes/artista en general se hace parte de nuestras vidas. Especialmente cuando participan de producciones que disfrutamos. En este caso el cine. Las películas sirven para mucho, la mayoría del tiempo para entretener. También nos ayudan a distraernos, a veces a reflexionar y hasta llegar a una catarsis. Es completamente normal que cuando muere un actor lamentemos su muerte si fue parte de algo que disfrutamos.

Yo no era fan el Walker ni de la franquicia de FF, aunque él estuvo en uno de mis “guilty pleasures” favoritos, Varsity Blues (sí, lo sé). Ha sido en su muerte que encontré motivos para admirarlo: su personalidad relajada y sus acciones filantrópicas. Él participaba en cuanto recaudo de fondos podía y hasta tenía su propia organización “Reach Out Worldwide” la cual asiste a víctimas de desastres naturales alrededor del mundo. De hecho, Paul se dirigía a una actividad para recaudar fondos para esta y otras organizaciones cuando ocurrió su accidente. Los fondos eran para las víctimas del tifón en Filipinas.

Si fuiste de los que participó en la caravana de anoche, te dejo saber que no hiciste nada. Honraste un personaje, alguien que no existe. ¡Qué bueno que te lo sacaste del sistema!, aceleraste el motor de tu carro y demostraste lo “cool” que eres en memoria de “Bran O’Conner. ¿Qué a Walker también le gustaba la velocidad? Claro, ¿A quién no? Estoy seguro que le hubiera encantado. O no, quién sabe. Pero, no hiciste nada por la memoria de Paul Walker, el actor, el padre, el tipo generoso.

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Pero eso se arregla fácil: en vez de hablar, escribir o acelerar motores, hagamos algo. Ve a esta página y dona lo que puedas. Yo soy pobre y no puedo dar mucho pero, sí tuve para comprar películas y video juegos este pasado fin de semana, también tengo para ayudar a alguien que está muchísimo peor que yo. Si no tienes tarjeta de débito o crédito o si desconfías de hacerlo por Internet, hoy es buen día para comprar una de esas tarjetas, o velas, o lo que sea que venden en casi todos lados con ese combo agrandado. Estoy seguro que Paul Walker —no Brian O’Connor— hubiera dicho, “gracias”.

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