Voy a empezar esta entrada por el final: nada va a cambiar. No habrá revolución, ni gran cambio, ni acciones en masa. Todo seguirá igual porque tenemos el gobierno que nos ganamos y nos merecemos.
Para este momento, todo el mundo, y su abuela lo sabe [si no, tiene más suerte que yo] que el legislador de apellido de novela, Rivera Guerra recibió tremendo “sabanazo” de la comisión de ética cuando determinaron que robarse la luz y el agua no era ilegal porque técnicamente no era cliente de las compañías de tales servicios y que más bien lo que hizo fue “arrimarse” al servicio del vecino o familiar o quién sea que vive al lado. Este señor demostró dos cosas: no sabía para que sirven sus asesores que paga con nuestro dinero cuando alegó que la piscina de la casa la llenaba con agua de lluvia y segundo que la mencionada comisión no funciona para nada, cuando el castigo que recomendaron fue 10 días de suspensión de dieta. No del trabajo. Mucho menos de sueldo. Y no olvidemos que también recomendaron una reprimenda pública, la cual estoy seguro no serán 10 latigazos en la plaza pública.
Me pregunto si aquellos a quienes les dio pena cuando a este individuo lo atropellaron no estarán deseando que el conductor hubiera dado reversa.
Pero después de leer la noticia e indignarme como todos los demás, reflexioné y obligándome a ser honesto conmigo mismo llegué a una conclusión: me lo merezco. Me merezco tener a este “líder”, igual que al chistosito del Bentley, igual que al dio positivo a droga, igual que al que cogieron usando dinero del pueblo, ¡me los merezco a todos! Porque soy uno más de los que se quejan y no hacen nada, de los que habla en la fila del supermercado, o en la oficina del médico de lo mal que están las cosas, de lo ladrones que son todos pero en ningún momento me decido a levantarme y protestar, a exigir que hagan mejor trabajo, a ORDENARLES que arreglen este pueblo, tampoco a trabajar con mi comunidad para dejarle mejor país a los que vienen después de mi.
Que va, termino mi almuerzo y regreso a ponchar la entrada porque sí hago todo lo de arriba me quedo sin dinero para la renta, para la compra, para la televisión de satélite, para el Internet de esta computadora, para los pagos de la tarjeta que están hasta el techo, para la gasolina y así sigo y sigo hasta volver al mismo punto.
Me merezco el gobierno que tengo.
No me puedo olvidar de los que dicen “¡no!, ese tipo no hizo nada malo… eso es una trampa del otro partido.” o de los que dicen “anyway, todos roban” o de los que se resignan porque los otros “son peores”. Porque así es esto, la mayoría de nosotros no sabemos quién nos representa, quién es el senador, el legislador de mi distrito, de mi área, ¡carajo!, hay quién no sabe ni quién es el alcalde de la ciudad donde vive porque no ha estado muchos años o porque no ha salido en las noticias. Lo único que les importa es que sea del partido que le gusta y ya.
Termino con lo que ya dije, y perdonen la repetición, como no me voy a levantar a protestar, a exigir más, a ordenar justicia y así mismo hará, o mejor dicho no hará el pueblo para cambiar las cosas pues me merezco el gobierno que tengo… bueno que me pase.
crédiitos: Foto | Mandrilojo
Podcastero, comediante, crítico de cine y TV miembro de la Critics Choice Association, crítico certificado en Rotten Tomatoes, y padre de gatos. Una vez cuando niño entré a un cine, y en cierta forma nunca salí.
1 Comment
Puerto Rico lleva una historia latente y constante de pésima administración a cargo de las desiciones hechas con gafas 3D (rojo/azul) que cada cuatro años van a las urnas. Y como que siguen en ese metáfora de la película. Creen en la figura que da la mano fuera de la pantalla y a la hora de la verdad, responden igual que en el cine, con el aire. Lloramos por mejores administradores y seguimos dando nuestro voto a abogados de bufetes (y uno que otro médico). Seguimos esperando un cambio, sobre el cambio, del cambio prometido. Y seguimos buscando solucionar el problema con el mismo método una y otra vez. Creo que fue Einstein quien dijo que esa era la verdadera estupidez.
Gracias por su escrito.